Vaticano

Sarah entra en la ‘guerra de las misas’ al pedir al Papa que permita las celebraciones individuales en San Pedro

El anterior prefecto de Culto Divino cree que las disposiciones de Secretaría de Estado “ponen en peligro el decoro de la celebración, la participación devota en la misa y la libertad de los hijos de Dios”





No cesa la polémica por la decisión de la Secretaría de Estado vaticana del pasado 12 de marzo, que suprime la celebración de misas individuales en los diferentes altares de la basílica de San Pedro, al tiempo que solo permite oficiar la Eucaristía según la forma extraordinaria del rito romano (previa a la reforma conciliar) en la Capilla Clementina de las grutas vaticanas.



Tras las objeciones planteadas por los cardenales Raymond L. Burke, Gerhard L. Müller y Walter Brandmüller, que ya en el pasado habían mostrado su perplejidad con algunas de las decisiones adoptadas por el papa Francisco, este lunes ha llegado la crítica de otra voz de peso en el sector eclesial conservador, la del purpurado Robert Sarah, hasta el mes pasado prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

Se pone en peligro la libertad

“Suplico humildemente al Santo Padre que disponga el retiro de las recientes normas dictadas por la Secretaría de Estado, las cuales faltan tanto a la justicia como al amor, no corresponden a la verdad ni al derecho, y no facilitan, sino que más bien ponen en peligro el decoro de la celebración, la participación devota en la misa y la libertad de los hijos de Dios”, afirma Sarah en una carta en la que argumenta su posición y cuyo contenido fue publicado por el blog ‘Settimo Cielo’, del vaticanista italiano Sandro Magister.

El purpurado guineano subraya que “el decoro de la liturgia no se obtiene en forma automática imponiendo la concelebración y prohibiendo simplemente la celebración individual de la misa” y recuerda que el Magisterio recomienda a los sacerdotes que celebren de manera cotidiana, pues así “fluye una gran cantidad de gracias para el mundo entero”.

“Una violencia inusitada”

Por ello considera “una lástima, desde el punto de vista espiritual”, que el documento de la Secretaría de Estado hable de “supresión” de las celebraciones individuales, lo que a sus ojos supone “una violencia inusitada” por la elección de ese verbo.

“¡Muchos sacerdotes vienen a Roma en peregrinación! Es muy normal que ellos, aunque no tengan un grupo de fieles que les siga, alimenten el sano y hermoso deseo de poder celebrar la misa en San Pedro, quizás en el altar dedicado a un santo por el que tienen especial devoción”, sostiene Sarah, que lamenta la falta de acogida a estos presbíteros en caso de que no acepten “la imposición de la concelebración”, pues con la nueva disposición de la Secretaría de Estado solo se permite esa opción.

“Altísimo valor simbólico”

La posibilidad de poder celebrar individualmente la misa en la basílica de San Pedro, “debería estar garantizada”, advierte el anterior ‘ministro’ de la liturgia del Vaticano, que sustenta su reclamación apelando al “derecho común” y al “altísimo valor simbólico” de este templo “para toda la Iglesia”. Al estar prohibida esta opción, los múltiples altares de la basílica quedarán además convertidos en “tumbas de santos” y “meras obras de arte” durante la mayor parte del tiempo.

Al analizar la decisión de que solo pueda celebrarse la Eucaristía “por el rito extraordinario” en la Capilla Clementina, Sarah la califica de “singular” y advierte de las repercusiones que puede suponer el hecho de que haya que estar “autorizado” para oficiar la misa, como dice el texto de la Secretaría de Estado.

¿Hay peligro?

“¿Quién debería autorizar a esos sacerdotes? ¿Por qué razón no se puede volver a celebrar la forma extraordinaria en la basílica? ¿Qué peligro representa para la dignidad de la liturgia?”, se pregunta el cardenal, manifestando su deseo de que en este templo que representa el centro del catolicismo, “espontáneamente, se permita una celebración de este tipo”.

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Alicia Ruiz López de Soria, ODN







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