Vaticano

El Papa, en la audiencia del Miércoles Santo: “Las víctimas inocentes de los abortos son corderos inmolados”

Francisco destaca en su catequesis que los afectados por la pandemia pueden encontrar en la Cruz de Cristo “un faro que indica el puerto a las naves todavía en el mar tempestuoso”





La Iglesia católica se apresta a vivir los días centrales del año litúrgico con la celebración de la Pasión, la Muerte y la Resurrección del Señor. En la audiencia general a puerta cerrada que presidió este miércoles en la biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano, el papa Francisco recordó que estamos en “la vigilia del Triduo pascual”, cuyo misterio se celebra también cada vez que se participa en misa, en la que “no solo vamos a rezar, sino también a renovar el misterio pascual”.



Esta Semana Santa es la segunda desde el inicio de la pandemia, que está provocando “muchas situaciones de sufrimiento, especialmente cuando quienes las sufren son familias y poblaciones ya probadas por la pobreza, calamidades y conflictos”. Para estas personas la Cruz de Cristo es “como un faro que indica el puerto a las naves todavía en el mar tempestuoso”, un “signo de la esperanza que no decepciona”.

Misa en Coena Domini

En su meditación sobre las próximas celebraciones pascuales, el Pontífice destacó primero que durante la misa en Coena Domini del Jueves Santo se revive la Última Cena de Jesús. “Es la tarde en la que Cristo dejó a sus discípulos el testamento de su amor en la Eucaristía, no como recuerdo, sino como memorial, como su presencia perenne. Cada vez que se celebra la Eucaristía se renueva el misterio de la redención”, dijo.

El Viernes Santo es, en cambio, un día “de penitencia, de ayuno y de oración”, en el que por medio de la Sagrada Escritura y de las oraciones litúrgicas, se conmemora “la Pasión y la Muerte redentora de Jesucristo”. Al adorar la Cruz los cristianos “llevaremos en la mente y en el corazón los sufrimientos de los enfermos, de los pobres, de los descartados de este mundo”. Serán así recordados los “corderos inmolados”, entre los que Francisco citó a las “víctimas inocentes de las guerras, de las dictaduras, de las violencias cotidianas, de los abortos”.

Jesús “tiene razón en todo”

El Papa invitó a “no olvidar la imagen de los crucificados hoy” porque el mundo “está en tinieblas”, como muestran las “guerras, los niños que mueren de hambre y no tienen educación, el terrorismo, o la industria de la droga”. En este “Calvario de muerte” en el que nos encontramos “Jesús sufre por sus discípulos”.

El Sábado Santo puede considerarse “el día del silencio”, pero también la jornada de María. “También ella lo vive en el llanto, pero su corazón está lleno de fe, lleno de esperanza, lleno de amor”. Finalmente la llegada de la Resurrección da la certeza a los fieles de que “el bien triunfa siempre sobre el mal, la vida vence siempre a la muerte y nuestro final no es bajar cada vez más abajo, de tristeza en tristeza, sino subir a lo alto”. El Resucitado, subrayó finalmente el Papa, es la confirmación de que Jesús “tiene razón en todo: en el prometernos la vida más allá de la muerte y el perdón más allá de los pecados”.

 

 

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