Tal como anunció el pasado 3 de marzo, Cesare Nosiglia, arzobispo de Turín y obispo de la vecina diócesis de Susa, este Sábado Santo –por segundo año consecutivo– una oración ante la Sábana Santa ha marcado las celebraciones en la catedral turinesa. Una ostensión extraordinaria ante el Santo Rostro para “estos tiempos difíciles” en los que “necesitamos alimentar y comunicar nuestra esperanza” a través de la oración, según ha afirmado el prelado.
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Las dificultades del momento
A través de las redes sociales y los medios de comunicación –con la especial implicación de los medios vaticanos–, a las 17:00 h. ha comenzado una “liturgia especial” presidida por Nosiglia. Según explicó el obispo, “el año pasado nos encontramos en una situación de emergencia totalmente desconocida; hoy somos más conscientes de las dificultades que hay que afrontar y de los compromisos que podemos asumir”. Por ello, en estas circunstancia, prosigue el prelado, “hemos comprendido que nuestra primera fuerza radica en continuar con valentía nuestra vida y ayudar a los que tienen dificultades y necesidades”.
Una oración que ha contado con la presencia de jóvenes turineses voluntarios que están preparando la posibilidad de que se desarrolle en la capital del Piamonte el próximo Encuentro Europeo de Taizé. A ellos se han sumado representantes de las instituciones locales y regionales. Para Nosiglia esta imagen “que Turín conserva desde hace casi 5 siglos, atestigua el dolor y la muerte, pero también –¡y con cuánta más fuerza!– resurrección y vida eterna que se abre a la caridad, a la fraternidad de cada persona”.
La primera parte de la celebración ha recordado la Hora de la Madre, típica del Sábado Santo italiano con una serie de oraciones y cantos. Actos seguido se ha desarrollado una letanía penitencial delante de la Sábana Santa.