Entrevistados por El Mercurio, cinco obispos abordan la vida de la Iglesia, su rol en el país y el proceso constituyente
“Algunos creen que hay una relación directa entre lo que hacemos y somos, y la presencia en los medios” afirma Fernando Chomalí, arzobispo de Concepción. “La Iglesia está cumpliendo una labor fundamental a nivel local, en capillas, parroquias, colegios y universidades, y sobre todo en el ámbito social”, agrega. Menciona “los programas que hacen presente las enseñanzas de Jesús de manera silenciosa, pero real. La pandemia lo evidenció con fuerza en comedores solidarios, ollas comunes, albergues para los migrantes”.
Ante la pregunta de si se perdió conexión y presencia en los debates que vive el país, Chomalí responde: “obviamente la realidad de los abusos implicó mucho trabajo, mucho estudio, reflexión y oración, en un contexto de perplejidad, dolor y vergüenza. Pero estamos saliendo adelante, haciendo justicia y tomando todas las medidas de prevención. La Iglesia Católica no ha estado ausente en el debate ni menos ha faltado a su tarea de reflexionar, discernir y enseñar. Ahora se realiza por otros medios y en el contexto de las personas que quieren escuchar, hoy hay más actores, más formas de comunicar”.
Luego expresa que “no hay institución que conozca mejor la condición humana, las injusticias que se dan día a día. A muchos les incomoda que hablemos de justicia social, equidad, redistribución de la riqueza. El Estado sabe muy bien que, si dejáramos la labor con los más necesitados, la situación social en Chile sería mucho peor”.
El Arzobispo de Concepción es uno de los 5 obispos entrevistados en El Mercurio, edición dominical. El domingo anterior, uno de los columnistas del mismo diario había titulado su comentario: “El gran silencio”, y se preguntaba “¿cómo se explica el gran silencio de la Iglesia en todo este tiempo?”. No era el único que expresaba esa pregunta.
Ante el proceso de elaboración de una nueva Constitución, el obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González, es consultado en esta entrevista si puede imponerse el parecer de la minoría, ya que el 45% de los chilenos se define católico. “Comparto con Joseph Ratzinger, responde el obispo, que vamos hacia una Iglesia más pequeña, más unida, más coherente y no tiene nada de malo. Son procesos ya vividos… purificadores. Rechazo absolutamente la palabra ‘imponer’. El llamado del Papa Francisco es a una Iglesia que sale al mundo con fuerza y que pone a Cristo al centro, no para imponer ni arrogarnos la verdad, sino para exponer las verdades fundamentales del ser humano”.
Frente al debate por la nueva Constitución, González anuncia que “publicaremos un documento con principios esenciales frente al proceso constitucional. Respecto de la libertad religiosa, esperamos una regulación más acorde a los tiempos y no restringida a la libertad de culto y conciencia como hoy. Que se comprenda que el fenómeno religioso en sus diversas vertientes es uno de los factores esenciales para el bien común”.
Frente al mismo tema, el Obispo de Melipilla, Cristián Contreras, espera “que la Convención Constituyente sea un verdadero espacio de debate y diálogo, y no reproduzca estilos confrontacionales y amenazantes que han marcado el último tiempo. La Constitución es una especie de ‘nueva casa’ para Chile. Dejemos a los constituyentes hacer su rol en democracia, sin amenazas ni presiones” y respecto a cómo participará la Iglesia dice: “recordaremos la preciosa enseñanza social de la Iglesia sobre los valores que favorecen el bien común. Y lo propondremos respetuosamente a los constituyentes. Para los católicos deben ser principios irrenunciables, para algunos políticos son temas controversiales”.
El Obispo de Temuco, Héctor Vargas, es requerido respecto al tema indígena y afirma de inmediato: “El proceso constituyente es una oportunidad para generar un piso mínimo sobre el tema indígena”.
Es de los que más conocen el conflicto en La Araucanía. Durante el gobierno de la presidenta Bachelet él presidió la Mesa de diálogo que entregó 70 propuestas aún pendientes. “Con todo, asegura, tengo muchas esperanzas de que existe un ánimo nuevo, transversal, de ir avanzando y que puede ayudarnos a encontrar salidas”.
El efecto que han provocado los abusos del clero es el tema que plantea la entrevista al arzobispo de Puerto Montt y secretario general de la Conferencia Episcopal de Chile, Fernando Ramos. En sus respuestas destaca la labor del Consejo Nacional de Prevención de Abusos y Acompañamiento de Víctimas, nuevos protocolos y documentos para toda la Iglesia, la formación de más de 40.000 agentes pastorales para prevenir y crear ambientes sanos y seguros. También los procesos para profesionalizar y transparentar la administración, como contabilidades y rendición de cuentas. “Falta mucho, pero es un proceso decidido”, declara Ramos.
“No obstante que la visita del Papa (en enero del 2018) fue muy significativa para la Iglesia y el país, hizo ver una crisis muy profunda que teníamos en la Iglesia, expresa el arzobispo. Nos ha hecho constatar el dolor del abuso, en sus diversas expresiones, en las víctimas y la magnitud del daño provocado, pero ha producido una gran oportunidad de renovación, analizando las causas y entendiendo que debemos hacer transformaciones importantes. Desde el 2018 estamos en un proceso de discernimiento, encaminados a una asamblea eclesial en 2022”.
Vargas señala dos aspectos políticos de fondo en La Araucanía: “el carácter de un nuevo trato, que implica un respeto mutuo tanto del Estado de Derecho como del estatuto consuetudinario de dichas naciones y pueblos”, es el primero; y “hacer frente en modo eficaz a agrupaciones radicalizadas que han optado por la violencia”.
Respecto a cuánto debe involucrarse la Iglesia en este conflicto, el obispo señala que “no puede ni debe quedarse al margen en la construcción de un mundo mejor ni dejar de despertar las fuerzas espirituales que fecunden toda la vida en sociedad. Los ministros religiosos no deben hacer política partidaria, propia de los laicos, pero ni siquiera los consagrados pueden renunciar a la dimensión política de la existencia, entendida como constante atención al bien común y al desarrollo humano integral”.
A pocos días de cumplirse 3 años desde que los obispos chilenos entregaron su renuncia al Papa ante el duro diagnóstico que les hizo de la situación de la Iglesia local, esta entrevista da tribuna a 5 obispos para abordar la crisis eclesial, el proceso hacia una nueva Constitución y el rol de la Iglesia en el país.