El arzobispo anglicano de Canterbury, Justin Welby, y el cardenal católico Vincent Nichols, arzobispo de Westminster, se han unido para denunciar la suspensión, por parte del gobierno de Boris Johnson, de la ayuda internacional humanitaria que, en principio, estaba destinada a Yemen y otros países que atraviesan graves crisis humanitarias.
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Así, tal como recoge el Evening Standard, el líder espiritual de la Iglesia de Inglaterra y su homólogo católico han instado a Johnson a dar un paso atrás en esta decisión, criticando que Inglaterra pretenda equilibrar las pérdidas de la pandemia a costa “de los más pobres del mundo”.
De hecho, han señalado que la pérdida de la ayuda humanitaria supone “un daño real” para estos países, y han advertido que ante esta cuestión de “moralidad” no se puede “mirar para otro lado”.
Una decisión contra la legalidad
La controversia se ha formado tras el anuncio de sigue al anuncio del canciller de Hacienda de Reino Unido, Rishi Sunak, en el que especificó que el gasto en ayuda internacional que asume el país se verá recortado en 4.000 millones de libras, lo cual está muy por debajo del objetivo legalmente vinculante del 0,7 por ciento del Producto Interior Bruto.
“La pandemia ha puesto de manifiesto cómo los destinos de los países de todo el mundo están interconectados”, han añadido Welby y Nichols, quienes han afirmado, además, que el hecho de que el Gobierno recupere la partida habitual para ayuda exterior “cuando la situación fiscal lo permita” es algo “profundamente preocupante”, ya que sugiere que va en contra de la legislación. “Esta promesa, hecha repetidamente incluso durante la pandemia, se ha roto y debe corregirse”, han aseverado.