“Siempre puso los intereses de los demás por encima de los suyos y, al hacerlo, brindó un ejemplo sobresaliente de servicio cristiano”, ha dicho Justin Welby
Felipe de Edimburgo ha fallecido a los 99 años de edad en el palacio de Windsor, y las reacciones no se han hecho esperar. Una de las más esperadas, la de la Iglesia anglicana, ha llegado a través de las palabras del arzobispo de Canterbury, Justin Welby. “Me uno al resto del Reino Unido y la Commonwealth para lamentar la pérdida de Su Alteza Real el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, y doy gracias a Dios por su extraordinaria vida de servicio dedicado”, ha dicho el prelado en un comunicado.
Así, Welby ha recordado que “El príncipe Felipe continuamente demostró su apoyo y lealtad inquebrantable a Su Majestad la Reina” durante sus 73 años de matrimonio. Pero, además, que fue un hombre que “siempre puso los intereses de los demás por encima de los suyos y, al hacerlo, brindó un ejemplo sobresaliente de servicio cristiano”.
“En las ocasiones en que lo conocí, siempre me sorprendió su evidente alegría por la vida, su mente inquisitiva y su capacidad para comunicarse con personas de todos los orígenes y estilos de vida”, ha dicho el prelado, aseverando que el marido de la reina de Inglaterra “era un maestro en hacer que las personas se sintieran a gusto y se sienten especiales”.
“El legado que deja es enorme”, ha enfatizado Welby. Ejemplo de ello es “el Premio del Duque de Edimburgo, que fundó en 1956” y que “ha inspirado a generaciones de jóvenes a ayudar a otros y les ha inculcado una visión de ciudadanía y el deseo de servir a sus comunidades”. Asimismo, “su trabajo con innumerables organizaciones benéficas y las organizaciones reflejaron sus intereses globales de amplio alcance en temas que incluyen la vida silvestre, el deporte, el diseño, la ingeniería y el diálogo interreligioso”.
Por otro lado, Welby ha subrayado que “la suya fue una voz profética durante más de medio siglo, ya que llevó a personas de todo el mundo a una nueva preocupación y compromiso de acción para el futuro de nuestro planeta”. Por este motivo, “a medida que nos recuperamos y reconstruimos después de la terrible prueba de la pandemia del coronavirus, necesitaremos fortaleza y un profundo sentido de compromiso para servir a los demás. A lo largo de su vida, el príncipe Felipe mostró esas cualidades en abundancia, y rezo para que podamos inspirarnos en su ejemplo”.
Felipe de Edimburgo fallecía esta mañana, tal como anunciaba la Casa Real británica en un comunicado que han compartido a través de las redes sociales. “Con profundo pesar su Majestad la Reina ha anunciado la muerte de su amado esposo, su Alteza Real el Príncipe Felipe, duque de Edimburgo”, se podía leer en Twitter.
“Su Alteza Real falleció pacíficamente esta mañana en el Castillo de Windsor“, señala el mismo comunicado. Tras haber pasado un mes ingresado en el hospital, que abandonó en marzo, el duque de Edimburgo fallece a solo dos meses de cumplir los cien años. En su último ingreso, fue sometido a una intervención quirúrgica en el hospital londinense de St Bartholomew’s para tratar una “dolencia cardíaca preexistente”.