Francisco reza un emotivo Regina Coeli con un grupo de “misericordiados”

Tras la eucaristía celebrada en la iglesia del Santo Spirito in Sassia de Roma, el Papa ha rezado la oración Mariana en esta festividad de la Divina Misericordia

Francisco

“Dirijo un saludo particular a ustedes, presentes aquí en la iglesia Santo Spirito in Sassia, Santuario de la Divina Misericordia: fieles habituales, personal de enfermería, detenidos, personas con discapacidades, huérfanos y migrantes, Hermanas Hospitalarias de la Divina Misericordia, voluntarios de la Defensa Civil”. Así ha comenzado Francisco el Regina Coeli de este Domingo de la Divina Misericordia, que ha celebrado en la iglesia Santo Spirito in Sassia de Roma.



“Cada uno de ustedes representa algunas de las realidades en las que la misericordia se hace concreta, se convierte en cercanía, servicio, atención a las personas en dificultad”, ha añadido el Papa. “Espero que se sientan siempre misericordiados para ser, a su vez, misericordiosos. Que la Virgen María, Madre de la Misericordia, done esta gracia a todos nosotros”, concluyó.

Una fe que lleva a la misericordia

Esta ha sido la primera vez, desde el inicio de la pandemia del Covid-19, que el Papa ha podido saludar personalmente a los fieles presentes en la celebración, reunidos en la iglesia romana para celebrar este segundo domingo de Pascua, festividad de la Divina Misericordia desde que Juan Pablo II lo decretase así en el año 2000.

“Yo, que tantas veces recibí la paz de Dios, su perdón, su misericordia, ¿soy misericordioso con los demás? Yo, que tantas veces me he alimentado con su Cuerpo, ¿qué hago para dar de comer al pobre? No permanezcamos indiferentes”, ha dicho Francisco durante la homilía de hoy. “No vivamos una fe a medias, que recibe pero no da, que acoge el don pero no se hace don. Hemos sido misericordiados, seamos misericordiosos. Porque si el amor termina en nosotros mismos, la fe se seca en un intimismo estéril”

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