Siete religiosos han sido secuestrados en Haití este domingo, 11 de abril Festividad de la Divina Misericordia, según declaró a la AFP un portavoz de la Conferencia Episcopal del país caribeño. El grupo, que incluye a cuatro sacerdotes y una monja haitianos, así como a una monja y un sacerdote franceses, fue secuestrado el domingo por la mañana en Croix-des-Bouquets, cerca de Puerto Príncipe, la capital.
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“Se dirigían a la institución de un nuevo párroco”, ha explicado el padre Loudger Mazile, quien ha apuntado asimismo que los secuestradores “exigen un rescate de un millón de dólares”. Por su parte, la Conferencia de Religiosos de Haití (CHR) ha declarado en un comunicado que otras tres personas, familiares de otro sacerdote que no estaba entre los secuestrados, también han sido secuestradas.
“La CHR expresa su profundo dolor, pero también su rabia por la situación inhumana que estamos viviendo desde hace más de una década”, subrayan los obispos en su declaración. “No pasa un día sin el llanto y el crujir de dientes y, sin embargo, los llamados líderes de este país, aunque se aferran al poder, son cada vez más impotentes”.
“Actos inhumanos”
La policía haitiana sospecha que una banda armada, apodada ‘400 Mawozo’, está detrás del secuestro. De hecho, los secuestros para pedir rescate económico han aumentado en los últimos meses en Puerto Príncipe y en las provincias, lo que refleja la creciente influencia de las bandas armadas en territorio haitiano.
“Esto es demasiado. Ha llegado el momento de poner fin a estos actos inhumanos”, ha declarado Pierre-Andre Dumas, obispo de Miragoâne. “La Iglesia reza y se solidariza con todas las víctimas de este acto atroz”, ha aseverado el prelado.
Estado de emergencia
En marzo, el ejecutivo haitiano declaró el estado de emergencia durante un mes en algunas zonas de la capital y de una región provincial para “restaurar la autoridad del Estado” en las zonas controladas por las bandas.
La medida está motivada por la actuación de bandas armadas que “secuestran personas para pedir rescate, declarándolo abiertamente, roban y saquean la propiedad pública y privada, y se enfrentan abiertamente a las fuerzas del orden público”, según el decreto presidencial. Los secuestros afectan indistintamente a los habitantes más ricos y a la mayoría que vive por debajo del umbral de la pobreza.