El nuncio apostólico en México, Franco Coppola, recordó a los obispos mexicanos que, ante la pandemia de Covid-19, les compete a ellos acatar las medidas universalmente de sanidad y decidir, junto con sus presbíteros y expertos, cómo se puede realizar el culto en los templos.
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“No permitan que sean las autoridades civiles quienes lo decidan: ¡crearían un precedente peligroso, contra el cual, hace un siglo muchos mexicanos lucharon y hasta entregaron su vida!”, advirtió el diplomático al participar en la inauguración de la 110 asamblea ordinaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano, la cual se realiza del 12 al 16 de abril de forma virtual.
El representante del papa Francisco en el país agradeció a las autoridades civiles que en diferentes estados sí actuaron con “sensibilidad democrática, civil y humanista” al respetar el derecho a la libertad de culto durante la pandemia.
Sin embargo, reconoció que lamentablemente no todas las autoridades se limitaron a establecer las medidas de seguridad sanitaria necesarias, sin pretender decidir sobre la apertura o cierre de los templos y sobre las celebraciones litúrgicas.
Por ello, pidió a los sus hermanos en el episcopado “ser celosos de esta prerrogativa, que compete a ellos, a cada uno en su diócesis, y no a las autoridades civiles”.
¡Gracias!
Coppola aprovechó la oportunidad para agradecer a los obispos, sacerdotes, religiosos, miembros de movimientos eclesiales y laicos que, pese al riesgo de la crisis sanitaria, buscaron de diferentes formas ofrecer alimento espiritual a los fieles.
“¡Gracias … porque con su servicio prudente, pero también decidido, han salido al encuentro de los que estaban enfermos o sólo encerrados para testimoniarles la cercanía y la ternura del Señor!”
¡Gracias… porque, a pesar de las dificultades, de las restricciones y de la escasez de recursos, han compartido su pan con los que han sido más golpeados por esta crisis, perdiendo el trabajo y quedando sin sustento para sus familias!”
El nuncio apostólico aseguró que durante la pandemia la Iglesia en México le ha permitido ver encarnado el amor de Cristo, y le ha ofrecido un “santo” impulso a seguir sus pasos.
En este contexto, Coppola consideró que volver a estar como antes resulta utópico, pero es una realidad que está reclamando de todos los miembros de la Iglesia, en particular a sus pastores, mayor clarividencia, creciente inventiva, fuerte iniciativa y una verdadera “sinodalidad”.