En una modalidad completamente en línea se han reunido unos 475 obispos para discernir sobre la realidad marcada por la pandemia
La Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) ha iniciado la edición 56 de su Asamblea General con el doloroso telón de fondo que ha dejado a su paso la tercera ola de coronavirus, posicionando al gigante suramericano como epicentro de la pandemia.
Por ello en la apertura Joel Portella Amado, obispo auxiliar de Río de Janeiro y secretario general del Episcopado, ha dicho durante la transmisión que “debemos nacer de nuevo” para tener “el valor de anunciar la Palabra en medio de todas las dificultades”.
Unos 475 prelados se han dado cita de manera virtual para analizar los diversos escenarios en un país sumido en el colapso sanitario a causa del discurso negacionista por parte del presidente Jair Bolsonaro respecto al Covid-19.
La apertura estuvo a cargo Walmor Oliveira de Azevedo, presidente de la CNBB, quien pidió un minuto de silencio por las víctimas de la pandemia. Además dio la bienvenida a Giambattista Diquattro, Nuncio apostólico, que comparte por vez primera en una Asamblea general tras su reciente nombramiento.
Volver a la fuente. En el primer día de jornada, los prelados han puesto en el centro la tradición bíblica. Para ello José Antonio Peruzzo, arzobispo de Curitiba, realizó un detallado análisis de exégesis: “La palabra crea cercanía entre quien la escribió y quien la lee, lo que muestra la importancia de la Palabra de Dios, de compartir lo que es fuente de vida”.
Por su parte, Paulo Jackson Nóbrega de Souza, obispo de Garanhuns, ha destacado el movimiento de lectura popular de la Biblia en Brasil y América Latina, porque “toda la vida de la persona y de las comunidades eclesiales misioneras, así como el trabajo pastoral y la propia labor misionera, todo ello animado por la fuerza de la Palabra de Dios”.
Foto: CNBB