Eduardo Soto, director del Servicio Jesuita a Refugiados en Venezuela, ha descrito de inédita la grave situación que se vive en la frontera entre Apure y Arauca, tras los enfrentamientos entre disidencias de la guerrilla colombiana y el Ejército venezolano.
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“Es la primera vez que vemos una intervención militar de estas magnitudes en esta zona y mucho menos este desplazamiento tan alto, más de 4.000 personas que huyeron para salvar sus vidas”, ha expresado el sacerdote jesuita en entrevista con la emisora Fe y Alegría.
Falta de coordinación
Mientras que las autoridades de ambos países se acusan mutuamente y voceros del régimen socialista como Diosdado Cabello amenaza con prisión a periodistas que quieran cubrir este suceso, el sacerdote implora a ambos gobiernos ponerse de acuerdo.
“La gente quedará con trauma, y es necesario que hayan las intervenciones adecuadas. Esta tiene que ser una oportunidad para que quede claro que lo primero es la gente; la gente sencilla”, apuntó.
Entre los miles de desplazados “hay mucha proporción de mujeres y niños” porque “son familias completas que se han ido”, advierte.
Por tanto “queremos que haya una coordinación de parte del Gobierno nacional para que se atienda a estas personas”, porque “mucha gente se ha desplazado del lado venezolano y no hay organismo que los atiendan; estas personas buscan apoyos personales”.
Foto: EFE