La operación acogerá en el país a personas asentadas en campos de refugiados del Líbano que son originarias de Irak y Siria, dando preferencia a familias vulnerables
Los ministros de Interior y de Exteriores de Francia han firmado, junto a los responsables de la Comunidad de Sant’Egidio y de las Semaines Sociales de Francia, la renovación del protocolo para el proyecto de los corredores humanitarios. Con ello, se establece la identificación, acogida e integración en el país de 300 refugiados que actualmente están en el Líbano.
La operación, que acogerá en Francia a estas personas asentadas en campos de refugiados y son originarias de Irak y Siria, se desarrollará en los próximos dos años. Asimismo, el acuerdo establece que se dará prioridad a “personas y familias vulnerables”. Este segundo protocolo llega tras el que se firmó en 2017 y que ha permitido, con los mismos criterios, la entrada en Francia de 504 personas.
Los corredores humanitarios promovidos por la Comunidad de Sant’Egidio empezaron en Italia en febrero de 2016 y ya han facilitado la integración en Europa de más de 3500 refugiados que huían de Siria, Irak, Libia, Etiopía y Lesbos. Todos ellos llegaron al continente por vías seguras, en avión, y en su destino han podido acceder a un programa de integración.
Impulsados por la Comunidad de Sant’Egidio, junto a varias entidades según los distintos protocolos, como la Federación de las iglesias evangélicas de Italia y la Conferencia Episcopal Italiana, los corredores humanitarios son ya un modelo concreto y replicable a nivel europeo. De esta manera, se evita que estas personas caigan en manos de traficantes de personas, pero, además, facilita la puesta en marcha de itinerarios de integración.
“Sobre todo en este tiempo de pandemia, lleno de dificultades de todo tipo es importante no dejar solos a muchos refugiados que esperan, con sus familias, una respuesta de solidaridad”, apunta la Comunidad de Sant’Egidio. “Los corredores humanitarios han visto crecer en cinco años la solidaridad de muchos ciudadanos que, con su trabajo voluntario y gratuito demuestran que es posible construir una Europa coherente con sus ideales de humanismo y de solidaridad”.