“Podemos suponer, teniendo en cuenta la pasión de Santa Teresa por la verdad, qué repugnancia le produciría si nos oyera hablar de ‘postverdad’ o de ‘fake news’, que son una degradación del respeto que merece la verdad”. Así lo ha expresado el cardenal Ricardo Blázquez, que ha cerrado esta tarde el Congreso Internacional ‘Santa Teresa de Jesús, Mujer Excepcional’, que conmemora los 50 años de la mística como doctora de la Iglesia.
“¿No produce desasosiego el que pasemos de representar la verdad como ‘roca’ a considerarla como ‘líquida’? ¿No ha sido, en cambio, la declaración de Santa Teresa de Jesús ‘doctora de la Iglesia’ una señal para dirigir la atención a una mujer ‘maestra de la verdad’ en su entero despliegue, como realidad, lucidez, autenticidad, veracidad, atractivo, y descanso?”, se ha preguntado, para luego resaltar: “Por ser la verdad como una roca podemos apoyarnos en ella confiadamente. Frente a la inclinación a tergiversar está el amor a la verdad”.
El arzobispo de Valladolid ha comenzado su ponencia, titulada ‘Santa Teresa de Jesús maestra de espirituales para nuestro tiempo’, dibujando el perfil de la primera mujer doctora de la Iglesia como “amiga de la verdad”. Para Blázquez, “el encuentro con Dios debidamente contrastado y discernido daba libertad a Teresa para interpelar a los mismos ministros de la Iglesia sobre su genuina condición cristiana y eclesial. Porque buscaba verdaderamente a Dios no se conformaba con cualquier explicación; paciente y sacrificadamente fue discípula en busca de la verdad”.
En este mismo sentido, ha insistido: “Teresa buscó incansablemente la verdad, encontró con alegría la verdad y fue encontrada por ella, abrazó la verdad, vivió en la verdad y comunicó generosamente por escrito y oralmente la verdad; sufrió por ser discípula de la verdad. Todas las generaciones nos sentimos concernidas”.
Por otro lado, el purpurado abulense ha recalcado que “la unidad de la Iglesia es inseparable de la verdad del Evangelio”. “Papa y Obispos, ministros de esta custodia autorizada de la fe, son también fieles y obedientes a la Palabra de Dios. Repetidas veces Santa Teresa proclama en sus escritos la obediencia inequívoca al magisterio de la Iglesia. Por nada del mundo se alejaría ella de lo que sostiene y enseña la Santa Madre Iglesia a través de sus pastores”, ha agregado.
Blázquez ha aludido a un triple magisterio: el de los obispos y particularmente el del Papa, el de los teólogos y el de los espirituales –en el que ha enmarcado a la santa abulense–. “Es saludable para el bien de la Iglesia que se escuchen mutuamente las diversas formas de magisterio. Santa Teresa es también en este aspecto modelo de obediencia al magisterio pastoral de la Iglesia y de consulta a teólogos relevantes por su dedicación laboriosa y su reconocimiento público”, ha insistido.
El cardenal también ha hecho hincapié en su sentimiento de comunión eclesial unido a su profunda libertad, que le llevó, por ejemplo, a defender “vigorosamente” el puesto de la mujer en la Iglesia, “frente a sospechas y exclusiones”. “Se queja de cómo están acorraladas en el mundo y en la Iglesia. En su tiempo, y probablemente todavía en el nuestro, estamos inmersos en prejuicios y limitaciones históricas que nos dificultan deslindar la verdad del contexto socio-cultural. La discriminación de la mujer no cabe en el Evangelio de Jesucristo”, ha añadido.
Por último, Blázquez ha destacado que la santa abulense “está dispuesta a morir mil veces por la Verdad de la revelación enseñada por la Iglesia, pero protesta por los abusos a que los cristianos son indebidamente sometidos por quienes tienen poder”. Y ha subrayado: “La radicación en la verdad, vivir con autenticidad y hablar con sinceridad le otorgan una libertad valiente frente a presiones, halagos y amenazas”.