Una nueva fiesta mariana vivió la provincia de Catamarca en honor a la Virgen del Valle, a 130 años de su coronación. Por segundo año consecutivo, estas celebraciones se realizan con las restricciones establecidas por las autoridades por la pandemia.
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Luis Urbanc, titular de la diócesis de Catamarca, dio su mensaje final en el resaltó la figura de la Virgen a quien “tanto bien hace mirar y contemplar, pues en ella podemos sumergir nuestros pensamientos y confiar los sentimientos más profundos del corazón”. También le agradeció la presencia por estar siempre junto a sus hijos.
El obispo le pidió a la Madre la gracia de crecer en fe, esperanza y caridad, y anhelar la santidad como la trabajó fray Mamerto Esquiú. Se espera que, durante este año, se concrete el rito de la beatificación del franciscano.
Horas difíciles
“Todos tus devotos sabemos que estás muy cerca nuestro en estas horas difíciles y que nos acompañas como lo hiciste con tu Hijo Jesús cuando le llegó la hora de padecer, morir y resucitar por nuestra salvación”, expresó Urbanc. El mismo obispo brindó este saludo, aislado. Comentó que, desde esta óptica, uno comprende mejor al que lo padece, lo que pasa por la mente, la interioridad del aislado, contagiado y de los que cuidan. “Las horas se vuelven eternas, los miedos y dudas angustian, la soledad se vuelve cruel”, explicó.
Al mismo tiempo, le pidió a la Virgen la gracia de vivir con confianza este trance y esta prueba en la que estamos inmersos; que sea una oportunidad para madurar como personas y sociedad; crecer en ciudadanía y fraternidad, en responsabilidad y solidaridad, en servicio y disposición, en gratitud y esperanza.
A esta Patrona le confió las necesidades y agradecimientos de los fieles que a lo largo del país, siguieron las celebraciones y actividades programadas para esta fiesta.
Agradecimiento
El obispo señaló que se hace eco de tantos devotos que la invocan y claman por su auxilio. “Tú siempre nos alcanzas la gracia que necesitamos, aunque a nosotros nos parezca que nada recibimos. Pero estoy convencido que el mejor regalo que a diario recibimos es tenerte por Madre, Reina e Intercesora ante la Santísima Trinidad…”
Finalmente, le agradeció a la “querida Morenita del Valle”, por estar siempre y acompañar a sus hijos con mirada tierna y silenciosa, desde el mismo camarín y desde tantas imágenes que abundan en nuestros hogares, grutas, caminos, etc.