“Son principios cariñosos, respetuosos y de gran ternura por parte de la Iglesia que otros no habrán entendido así, pero que tratan con amabilidad a todas las personas”. Es el balance que hace el presidente de la Comisión de Liturgia de la Conferencia Episcopal Española, Leonardo Lemos, sobre el ‘responsum’ de la Congregación para Doctrina de la Fe que recoge que “la bendición de las uniones homosexuales no puede ser considerada lícita”.
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Así se ha expresado el también obispo de Orense, a preguntas de Vida Nueva, sobre un documento del que no habrá ninguna adaptación en nuestro país en tanto que la misión de su departamento es “trasvasar cualquier ritual, pero en este caso no se habla de ningún ritual en sí”.
Durante un encuentro con periodistas enmarcado en la celebración de la Asamblea Plenaria, Lemos ha analizado el trabajo de la comisión, deteniéndose en la instrucción pastoral ‘Un Dios de vivos’ publicada en diciembre y que se presenta como una guía para celebrar las exequias católicas.
Despedida abreviada
En este sentido, destacó que la Iglesia ha actualizado los ritos para adaptarse al nuevo contexto, por ejemplo, con una fórmula “abreviada, más sobria y sencilla” ante las restricciones exigidas por la pandemia del coronavirus, pero también acomodada a tendencias como la cremación o cuando el fallecido es un niño.
Aunque, tal y como marca la Santa Sede y recoge el documento se le deben negar las exequias a quien manifieste que va a dispersar las cenizas de un difunto por la naturaleza, el obispo aclaró que, salvo que haya “un rechazo positivo a la resurrección”, en el día a día “la Iglesia sí realiza estos ritos o algún signo de bendición benignamente y cariñosamente”.
Celebrar el misterio
Con esa misma mano izquierda, se ha manifestado en relación a la advertencia que lanza ‘Un Dios de vivos’ sobre el hecho de convertir los funerales en “un homenaje al difunto”. “No suele ser lo habitual que alguien quiera tirar confeti durante un funeral en una iglesia”, comentó sobre las peticiones de algunas familias de incluir en la celebración alguna canción secular vinculada al fallecido. “En cualquier caso, sí hay que saber que el templo es una realidad donde se debe celebrar el misterio de Jesucristo, y que hay otros espacios como los tanatorios, donde se pueden realizar otro tipo de actos”, apostilló.
Junto a esta cuestión, también abordó el trabajo que los obispos están desarrollando para aterrizar la reforma del Papa vinculada con los ministerios laicales del lectorado y acolitado. En este sentido, ha asegurado que ya está en marcha la elaboración de una formación específica para desarrollar esta labor.
