Tiene 66 años y, en 2017, el papa Francisco aceptó su renuncia por motivos de salud de la Diócesis de Aliwal, en Sudáfrica. Sin embargo, esto no se ha interpuesto para que el obispo y misionero alemán Michael Wüstenberg decida tomar parte activa del rescate de migrantes en un barco en el Mediterráneo.
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“Estamos muy contentos de que el obispo Michael Wüstenberg acompañe la travesía del ‘Sea-Eye 4′“, ha dicho a Katholisch Sophie Weidenhiller, portavoz de la organización. Y es que Wüstenberg, quien ha pasado los últimos años en la Diócesis de Hildesheim como obispo emérito, se ha unido como uno más de la tripulación, que lo percibe como “una persona cálida, cordial y reflexiva.
La misión de la Iglesia
“Nos anima saber que una parte considerable de la sociedad y también de la comunidad de fe católica no solo aprueba nuestro objetivo de evitar que las personas se ahoguen, sino que también las apoyan activamente”, ha señalado Weidenhiller. De hecho, la diócesis de este obispo se ha comprometido tanto con la causa que retransmitirá en su web los últimos acontecimientos de la travesía. Además, el barco en el que se encuentra Wüstenberg, el ‘Sea-Eye 4’, ha sido financiado en gran medida por la alianza ‘United4Rescue‘, nacida del acuerdo del Congreso de la Iglesia Evangélica en Dortmund en 2019 y cuenta con el apoyo de numerosas instituciones católicas y protestantes.
Si bien el obispo no participará en la misión de rescate en sí debido a la pandemia del Covid-19, sí estará junto a la tripulación en su viaje de Alemania a España, desde donde dará comienzo la operación. “Como obispo de África quería sentir aun más las preocupaciones de los refugiados”, ha expresado el prelado. “Para mí lo importante es que la Iglesia sea defensora de la humanidad”.