Ana María Sánchez es la nueva presidenta de Escuelas Católicas. La superiora provincial de la Congregación de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús ha sido elegida hoy por la Asamblea General por unanimidad. El cargo estaba vacante tras la marcha en 2020 a Roma del salesiano Juan Carlos Pérez Godoy. Desde entonces la Hija de la Caridad Concepción Monjas, vicepresidenta, ha ejercido también como presidenta en funciones.
Ana María Sánchez nació en Jerez de la Frontera (Cádiz) y es licenciada en Matemáticas, diplomada en Ciencias Religiosas, máster en Acompañamiento Espiritual y Discernimiento Vocacional, y es experta en Dirección y Gestión de centros educativos no universitarios.
Ha sido directora de varios colegios y de una residencia de protección de menores, docente, tutora y coordinadora de Pastoral en varios centros, y directora general de la Fundación Educativa ACI, además de formadora de postulantes, maestra de novicias, superiora en varias comunidades y delegada de Vida Consagrada de la diócesis de Ebibeyin (Guinea Ecuatorial). Actualmente es, además de provincial de la Congregación en España, presidenta del Patronato de la Fundación Educativa ACI.
La Asamblea anual, celebrada de forma telemática, aprobó además la gestión económica de la institución, la memoria de actividades, el balance de cuentas, el presupuesto para 2021 y el Plan Estratégico de la sede Nacional 2021-22.
Al término de la Asamblea se ratificó una ‘Declaración final’ que pone de relieve y agradece el esfuerzo colectivo realizado por titulares, equipos directivos, docentes, alumnos, familias y comunidades religiosas y parroquiales durante la pandemia. Destaca la necesidad de aprender de lo acontecido, priorizar la identidad y afianzar la visión compartida de la educación donde la innovación pedagógica y pastoral vayan de la mano.
No obstante, se lamenta que en esta difícil situación que estamos viviendo se haya aprobado una reforma educativa que ha resultado ser “una nueva oportunidad perdida para alcanzar el deseado y necesario Pacto Educativo”, con una norma que limita los derechos de los padres a la hora de elegir centro, considera a la concertada una red subsidiaria, promueve la desaparición progresiva de la Educación Especial y excluye la clase de Religión como asignatura equivalente al resto de materias.
Junto con Más Plurales, plataforma constituida para defender los derechos fundamentales y la libertad de enseñanza, Escuelas Católicas se compromete en esta Declaración a seguir defendiendo, por todas las vías legales y ante todas las instancias, españolas y europeas, los derechos consagrados en el artículo 27 de nuestra Constitución y a exigir un verdadero Pacto Educativo.
Del mismo modo, Escuelas Católicas continuará trabajando por la defensa de los derechos de los centros y sus trabajadores; la transformación digital que permita experiencias de aprendizaje personalizadas, inclusivas y participativas; la innovación pedagógica y pastoral y la cultura del cuidado. Para todo ello, impulsará, creará o reforzará pactos dentro del marco del convenio colectivo que beneficien al sector; programas como ec-digital, para la certificación de centros digitalmente competentes; movimientos como ‘Por la innovación educativa’ o ‘#profesinnovadores’, en el que ya se han formado más de 15.000 docentes; o herramientas como la nueva Guía que se publicará este curso sobre protección a menores.
Por último, en la Declaración se hace un reconocimiento al marianista José María Alvira, por su compromiso y dedicación durante los últimos ocho años al frente de la Secretaría General de Escuelas Católicas, y se agradece al trinitario Pedro Huerta, actual secretario general de la institución desde el 1 de septiembre de 2020, que haya asumido el reto de mantener y potenciar el trabajo desarrollado por sus predecesores en el cargo.