Téologo, filósofo y comunicador. Con 35 años, este mexicano de Guanajuato y director general de la editorial San Pablo ha sido nombrado superior provincial de la Provincia de España de la Sociedad de San Pablo.
PREGUNTA.- ¿Cómo acoge este servicio como provincial? ¿No tiene la tentación de verlo como carga?
RESPUESTA.- Lo vivo confiando en la misericordia de Dios y agradeciendo la confianza de mis hermanos. Este nuevo servicio es, sin duda, una responsabilidad. A veces uno tiene esa tentación, pero cuando confiamos en la misericordia y acción de Dios en nuestra vida al servicio de los demás, la perspectiva cambia y podemos verlo y asumirlo también como un don, como una gracia de Dios.
P.- ¿Cuales son los desafíos evangelizadores hoy para la Sociedad de San Pablo en España?
R.- Nos enfrentamos a la falta de vocaciones, al envejecimiento y, al menos por ahora, seguimos en contexto de pandemia. El mundo ha cambiado y sigue cambiando a un ritmo vertiginoso. Esto requiere un cambio de mentalidad, ser capaces de pensar y diseñar nuevos modelos y proyectos de evangelización acordes a estos tiempos.
P.- La obra más visible de la congregación es la editorial San Pablo. ¿Cómo se llevan las riendas de un referente en el sector en tiempos de recesión?
R.- Con prudencia, audacia y pensando en el futuro. Esta crisis presenta, a la vez, muchas oportunidades. No podemos quedarnos quietos, cruzados de brazos. Los paulinos, a través de la editorial San Pablo y la red de librerías San Pablo, tenemos una presencia de más de 80 años en España, somos un sello reconocible y respetado. Ahora debemos ser audaces, como nos exhorta Francisco, para adaptarnos y responder lo mejor posible a los profundos cambios que se están produciendo. San Pablo aún tiene mucho que aportar a la Iglesia y a la sociedad.