El misionero comboniano italiano Christian Carlassare, obispo electo de la diócesis de Rumbek, en Sudán del Sur, recibió en la noche entre el domingo y el lunes varios disparos en las piernas en un atentado realizado por un grupo de desconocidos que irrumpieron en su vivienda en esta ciudad situada en el centro del país africano. De 43 años y con una larga experiencia en Sudán del Sur, está considerado uno de los obispos más jóvenes de la Iglesia católica.
- ¿Quieres recibir gratis por WhatsApp las mejores noticias de Vida Nueva? Pincha aquí
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Pese a que perdió mucha sangre debido a los disparos, Carlassare, que fue trasladado a un hospital de Juba, la capital, está fuera de peligro. Se espera no obstante que en las próximas horas tenga que viajar a Kenia para recibir una transfusión, al ser su grupo sanguineo muy poco habitual. Fue el propio misionero el que informó por teléfono a sus familiares del ataque, invitándoles a rezar no tanto por él, sino “por la gente de Rumbek, que sufre más que yo”.
Nombrado por el papa Francisco el pasado 8 marzo, Carlassare iba a recibir la consagración episcopal el 23 de mayo. El ataque precisamente habría tratado de evitar que reciba la mitra.
“Una advertencia clara”
Según la revista Nigrizia, impulsada por los combonianos, el ataque podría haber estado motivado porque algunos dinka, etnia mayoritaria en Rumbek, esperaban que el nuevo obispo fuera elegido entre los sacerdotes que pertenecen a su grupo. Carlassare había trabajado durante los últimos 15 años junto a los nuer, otra etnia preponderante en Sudán del Sur.
“Se trata de una advertencia clara y de una intimidación. Detrás de este ataque hay un mensaje. Han querido transmitirle que alguien no lo quiere y que no debe ser consagrado obispo”, señaló a Nigrizia una fuente anónima que conoce bien la realidad eclesial en esta zona del país africano.
La diócesis de Rumbek fue creada en 1975 y había tenido hasta ahora un único obispo, el comboniano italiano Cesare Mazzolari, al que la población local llamaba el “padre del pueblo”. Mazzolari falleció en 2011 y, desde entonces, este territorio eclesiástico estaba dirigido por un coordinador diocesano que pertenece a la etnia mayoritaria en Rumbek.
Foto: Nigrizia