Para el desarrollo de la investigación ha sido crucial el descubrimiento de un móvil, perdido por uno de los atacantes en la casa de Christian Carlassare durante la emboscada
Hace unos días, el mundo católico se conmocionaba ante lo acontecido al nuevo –y joven– Christian Carlassare, obispo de la diócesis de Rumbek (Sudán del Sur): un grupo de hombres entraba en su casa de noche y le hería gravemente disparándole en la pierna.
Un atentado ante el cual el propio Papa ha mostrado su preocupación y el presidente del país, Salva Kiir, instaba a las autoridades locales a investigar rápidamente. Unas pesquisas que ya están dando fruto con la detención, no menos impactante, de tres sacerdotes.
Y es que, tal como ha revelado Il Corriere della Sera, una de las hipótesis que se barajan es la de que el ataque estuviese originado por una disputa interna en la diócesis, lo que ha llevado a detener a un total de doce personas, entre ellos, el propio administrador diocesano, John Mathiang. Para el desarrollo de la investigación ha sido crucial el descubrimiento de un móvil, perdido por uno de los atacantes en la casa de Carlassare durante la emboscada.
El hecho habría comenzado por la disconformidad de los sacerdotes de etnia dinka, la más presente en la diócesis, de que un extranjero fuera, nuevamente, su obispo. De hecho, el anterior prelado fue Cesare Mazzolari, también misionero comboniano y tras cuyo fallecimiento en 2011 la sede de Rumbek quedaba vacante. Sin embargo, no solo el hecho de ser italiano juega en contra de Carlassare para ser aceptado en esta diócesis, sino que, además, ha trabajado durante años con la tribu nuer, enemiga de los dinka.