“No estamos hechos para correr continuamente”, recuerda el Pontífice en su catequesis, en la que advierte que la meditación para los cristianos supone “una forma de encontrar a Jesús”
“Todos necesitamos meditar, reflexionar, reencontrarnos a nosotros mismos”. En la audiencia general que presidió este miércoles en la biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano, el papa Francisco centró su catequesis en la meditación, destacando que para los cristianos “es una forma de encontrar a Jesús”.
Tras recordar la “gran atención” que ha recibido la meditación en los últimos años, el Pontífice destacó que se trata de una práctica presente “en casi todas las religiones del mundo” e incluso en aquellas personas alejadas de la fe. “Sobre todo, en el voraz mundo occidental se busca la meditación porque esta representa un alto terraplén contra el estrés cotidiano y el vacío que se esparce por todos lados”, dijo el Papa, subrayando que las personas “no estamos hechas para correr continuamente”.
Todos poseemos una vida interior “que no puede ser siempre pisoteada. Meditar es por tanto una necesidad de todos. Se parecería a pararse y respirar en la vida”. Para el cristiano la meditación cuenta con una “especificidad” que no hay que olvidar, pues cuando reza “no aspira a la plena transparencia de sí, no se pone en búsqueda del núcleo más profundo de su yo”, sino que trata de encontrarse con Dios.
“Si una experiencia de oración nos dona la paz interior, o el dominio de nosotros mismos, o la lucidez sobre el camino que emprender, estos resultados son, por así decir, efectos colaterales de la gracia de la oración cristiana que es el encuentro con Jesús”, dijo Jorge Mario Bergoglio en su catequesis.
Dentro del cristianismo existen distintas experiencias espirituales de meditación, aunque todas ellas son para el Pontífice “importantes y dignas de ser practicadas”. No obstante advirtió a continuación de que no hay que perder de vista que “el método es un camino, no una meta”, por lo que “cualquier método de oración, si quiere ser cristiano, forma parte de esa ‘sequela Christi’ que es la esencia de nuestra fe”.