“Debemos trabajar todos juntos para que esta situación termine y Jerusalén vuelva a ser la Ciudad Santa, una ciudad de oración, hospitalidad y abierta a todos”. Con estas palabras, el Patriarca latino de Jersualén, Pierbattista Pizzaballa, se dirigía al rey Abdullah II de Jordania al reafirmar este su apoyo a la salvaguarda de los lugares históricos y religiosos de Jerusalén, así como de sus habitantes, tras los violentos acontecimientos de la pasada semana.
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En este sentido, el Patriarca agradeció al monarca su compromiso con la paz en la Ciudad Santa, recordando que esta “ha vuelto a encontrarse en el centro de tensiones, divisiones y expresiones de odio”, tal como ha informado el Patriarcado Latino de Jerusalén.
“Desafortunadamente, esta no es la primera vez y tememos que ni siquiera sea la última. Necesitamos orar mucho y con sinceridad, para que Dios toque los corazones endurecidos de los hombres”, aseveró Pizzaballa ante el Rey y ante el patriarca ortodoxo Teófilo III.
Mantener el Statu Quo
Asimismo, Pizzaballa recordó “el importante papel histórico y actual que juega la Casa Hachemita –a la que pertenece el Rey Abdullah– para la ciudad de Jerusalén como garante de la igualdad de todos sus ciudadanos de todas las religiones”. Además, el patriarca latino subrayó la necesidad de que este compromiso del Rey con el libre acceso a los Lugares Santos y el respeto del Statu Quo en Jerusalén sea “un ejemplo para los países de la región”.
La reunión entre los patriarcas de las dos grandes confesiones cristianas presentes en Jerusalén y el monarca jordano se produjo en medio de los enfrentamientos violentos que aun tienen lugar en Jerusalén, que estallaron el pasado viernes, 16 de abril, marcando así el primer viernes de Ramadán.