El Papa ha recibido hoy en audiencia a los miembros del Consejo Nacional de la Acción Católica Italiana con motivo de su Asamblea
“Los laicos deben ser escuchados por convicción, no por concesión”. Con estas palabras ha concluido el papa Francisco su audiencia a los miembros del Consejo Nacional de la Acción Católica Italiana, a los que ha recibido hoy con motivo de su 17ª Asamblea.
El Pontífice les hizo una reflexión sobre su misión en este tiempo de pandemia. Y lo hizo a través de las tres palabras que conforman su nombre: Acción, Católica e Italiana.
Como ha recordado el Papa, el Evangelio asegura que la acción pertenece al Señor, pero “esto no nos exime de responsabilidad, sino que nos devuelve a nuestra identidad de discípulos-misioneros”. Recordar que la acción pertenece al Señor permite tener siempre presente que “nuestra capacidad viene de Dios”, es decir, “que la historia está guiada por el amor del Señor y nosotros somos coprotagonistas”, ha agregado.
En este punto, Francisco ha advertido de la “ilusión del funcionalismo”, porque “los organigramas, son útiles, pero como punto de partida”. “Es triste ver cómo muchas organizaciones han caído en la trampa de los organigramas: todo perfecto, todas las instituciones perfectas, todo el dinero necesario… Pero dime: la fe, ¿dónde está? ¿Dónde está el Espíritu?”, se ha preguntado. Y ha añadido: “Cuidado con caer en la esclavitud de los organigramas, de las cosas perfectas…”, porque “el Evangelio es un desorden”.
Según el Papa, la labor de la Acción Católica necesita de “gratuidad, humildad y mansedumbre”. “Hay que acompañar a las comunidades entretejiendo relaciones fraternas y vivir en el servicio”, ha insistido, para luego recordar que esta presencia “no hace ruido”, pero “es fiel, generosa y responsable”.
La palabra “católica” significa “que la misión de la Iglesia no tiene fronteras”. Los miembros de la Acción católica “están llamados a hacerse cercanos”, porque “la distancia nunca puede convertirse en indiferencia”.
Por otro lado, Jorge Mario Bergoglio ha advertido del “peligro” que supone “la clericalización de la Acción Católica”. “Todavía está muy extendida la tentación de pensar que la promoción del laicado pasa por una mayor implicación de los laicos en las ‘cosas de los curas'”, sin embargo, la laicidad “es riqueza para la catolicidad de la Iglesia” y no es necesario “convertirse en algo distinto” de lo que se es “por el bautismo”.
“Los laicos de Acción Católica pueden ayudar a toda la Iglesia y a la sociedad a repensar juntos qué tipo de humanidad queremos ser, qué tipo de tierra queremos habitar, qué tipo de mundo queremos construir”, y están llamados a “hacer una contribución original a la creación de una nueva ecología integral”. Así, les ha recordado que su experiencia asociativa es católica porque abarca a jóvenes y ancianos: “Es una experiencia de pueblo”. Y ha agregado: “¡No pierdan nunca el carácter popular! Ser el pueblo de Dios”.
Por último, les ha pedido partir de la historia italiana, que “puede ayudar a la comunidad eclesial a ser fermento de diálogo en la sociedad”, en el estilo indicado por él mismo en el V Congreso de la Iglesia italiana de Florencia en 2015.
Para el Papa, la mayor contribución de la Acción Católica viene de sus laicos, que son “un antídoto contra la autorreferencialidad”, pues “cuando no se vive la verdadera laicidad en la Iglesia se cae en la autorreferencialidad”. “Hacer sínodo no es mirarse en el espejo, ni siquiera mirar a la diócesis o a la Conferencia Episcopal. Es caminar juntos detrás del Señor y hacia la gente, bajo la guía del Espíritu Santo”, ha concluido.