Han recordado que a lo largo de la historia la Doctrina Social de la Iglesia nace para denunciar las injusticias
Con motivo del Día del Trabajador y de la festividad de San José Obrero, Miguel Cabrejos, arzobispo de Trujillo y presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), ha expresado su cercanía al pueblo trabajador.
Por ello como Celam queremos sumar nuestra voz “a la de Bartolomé de las Casas, a San Pedro Claver, a don Manuel Larraín, a monseñor Víctor Sanabria, a don Helder Cámara, a San Alberto Hurtado, al cardenal Silva Henríquez, a san Óscar Romero y tantos otros que defendieron los derechos de los trabajadores y trabajadoras latinoamericanos y caribeños”.
“Me permito hacerles llegar mi saludo y el de todos mis hermanos obispos del Celam, en reconocimiento al esfuerzo que realizan cada día buscando el pan para sus familias, procurando su progreso y bienestar y construyendo un mundo mejor, donde se viva con dignidad y libertad”, expresó el prelado.
Cabrejos recordó que a lo largo de la historia, “la Doctrina Social de la Iglesia nace precisamente para denunciar la injusticia y los abusos que atentan contra la dignidad de los trabajadores y demanda salarios justos y condiciones de trabajo acordes a la dignidad de hijos de Dios, luego de la primera Revolución Industrial”.
De hecho “a esas enseñanzas del papa León XIII, han seguido muchas otras voces de los Sucesores de Pedro, hasta nuestro papa Francisco, quien nos invita a involucrarnos en la construcción de la justicia social, que incluye el cuidado del medio ambiente”.
Por otra parte, el presidente del Celam señala que al derecho al trabajo se debe agregar el deber de trabajar, por eso “las autoridades políticas y las autoridades económicas están llamadas a garantizar espacios de trabajo”.
“Cuando una persona, queriendo hacerlo, no puede acceder a un trabajo, hay una parte de la creación que queda inconclusa. Una parte del plan de Dios frustrado, enseñaba el cardenal Raúl Silva Henríquez, de santa memoria”, ha dicho.
Asimismo el papa Francisco “nos recuerda que toda ayuda en dinero debe ser provisoria. La política no puede renunciar al objetivo de lograr que la organización de la sociedad asegure a cada persona alguna manera de aportar sus capacidades y esfuerzos”.
Foto: Semana Rural