Los prelados se sumaron al pedido de revisar las medidas y pidieron dialogar futuras aperturas
El titular de La Plata, Víctor Manuel “Tucho” Fernández, envió una carta al gobernador Axel Kicillof en la que manifestó su perplejidad por las medidas tomadas por el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires por la pandemia y para evitar los contagios y la saturación de los centros médicos.
En el mensaje, el Arzobispo comentó los enormes esfuerzos que venían realizando desde la Iglesia para acatar y explicar las medidas sanitarias: celebraciones al aire libre con 20 personas, con distancias de más de dos metros entre ellas, misas en distintos horarios para cubrir la demanda.
Fernández aseguró que parece extraño que se considere un culto religioso más peligroso que una actividad deportiva. Pidió una mirada humana que advierta que 20 o 30 personas a dos metros de distancia en una misa al aire libre no tienen riesgo de contagio. “Reducir ahora ese número para la fase 2 y aun para la 3, a sólo 10 personas, nos parece a todos muy abusivo y completamente desproporcionado”.
Dijo, además, que se ignora un hecho constatable: en la misa la gente no se mueve, no dialoga entre sí, no se tocan, no hay interacción (el saludo de la paz se quitó), y especificó las diferencias con un partido de futbol.
El obispo advirtió que “tensar la cuerda no nos ayuda”, y agregó que si se quiere obrar razonable y científicamente, lo racional sería distinguir los actos de culto de otros tipos de reuniones, y habilitar las prácticas de culto para más personas.
Conocida esta misiva, los obispos del conurbano se sumaron a este reclamo. Expresaron que si bien entienden y acompañan la situación sanitaria, solicitaron rever la medida de contar con solo 10 personas en las celebraciones de culto, al aire libre.
Firmaron esta adhesión los siguientes obispos: Eduardo García (San Justo), Jorge Vázquez (Morón); Jorge Torres Carbonell (Gregorio de Laferrere); Martín Fassi (San Martín); Santiago Olivera (Castrense); Damián Nannini (San Miguel); Fernando Maletti y Oscar Miñarro (titular y auxiliar de Merlo-Moreno); Jorge Lugones e Ignacio Medina (titular y auxiliar de Lomas de Zamora); Carlos Tissera y Marcelo Magni (titular y auxiliar de Quilmes); Oscar Ojea, Guillermo Caride y Raúl Pizarro (titular y auxiliares de San Isidro); Pedro Laxague y Justo Rodríguez Gallego (titular y auxiliar de Zarate-Campana); y Pbro. Rubén López, administrador diocesano de Avellaneda-Lanús.
Los representantes de la totalidad de estas jurisdicciones, atendiendo las necesidades de salud física y espiritual del pueblo bonaerense, pidieron formalmente dialogar para encarar las posibilidades de una mayor apertura.
Por esta misma limitación en otras jurisdicciones de la provincia de Buenos Aires (que no integran el conurbano) también exigieron la revisión de las medidas preventivas dictaminadas por la pandemia por las autoridades.
El obispo de Chascomús y secretario general de la CEA, Carlos Malfa, expresó el malestar de los fieles por la inequidad de las medidas. Y aseveró que “Las medidas excesivas generan desobediencia, sobre todo cuando los ciudadanos creyentes que participan del culto católico en la diócesis de Chascomús vienen cuidándose y cuidando a los otros”.
Pidió que se revean “las medidas desproporcionadas” que restringen la libertad de culto.
Por su parte, el obispo de Mar del Plata, Gabriel Mestre, inició gestiones con la Dirección Provincial de Relaciones con la Comunidad para avanzar en la revisión de estas restricciones. Aunque aún no recibió respuestas, aseguró: “Soy consciente de la gravedad de la situación y soy el primero en alentar a la Iglesia católica de Mar del Plata en los cuidados que se deben tener. Pero las normativas y los protocolos deben ser proporcionados para todos según cada momento sanitario particular”.