“Estos acontecimientos preocupantes violan la santidad del pueblo de Jerusalén y de Jerusalén como la Ciudad de la Paz”, han dicho en un comunicado
“Estamos profundamente descorazonados y preocupados por los recientes acontecimientos violentos en Jerusalén Este”. Así comienzan su comunicado los patriarcas y jefes de iglesias cristianas de Jerusalén sobre la reciente violencia en Jerusalén, iniciada ayer tras el asalto de una manifestación nacionalista israelí a la mezquita de Al Aqsa, una de las más importantes para el islam, situada en la Ciudad Santa.
“Estos acontecimientos preocupantes”, dicen los representantes de las Iglesias en un comunicado difundido por el Patriarcado Latino de Jerusalén, “violan la santidad del pueblo de Jerusalén y de Jerusalén como la Ciudad de la Paz”. Del mismo modo, han advertido que “las acciones que socavan la seguridad de los fieles y la dignidad de los palestinos que son objeto de desalojo son inaceptables”.
Y es que han sido dos los grandes focos de conflicto que se han sucedido estos días en la ciudad. El primero, en la mezquita de Al Aqsa, cuando las tropas israelíes han disparado balas de goma, gases lacrimógenos y bombas sonoras contra los fieles de la misma en el marco de la celebración de la fiesta nacionalista israelí del ‘Día de Jerusalén’. Estos hechos han dejado centenares de heridos, tal como ha apuntado la Media Luna Roja.
Asimismo, en el barrio de Sheikh Jarrah se ha amenazado con el desalojo de cuatro familias palestinas en favor de otras judías que aseguran que vivían en esos domicilios antes de la Guerra de los Seis Días (1948) y ahora reclaman los domicilios, lo cual ha llevado a protestas entre palestinos e israelíes.
“El carácter especial de Jerusalén, la Ciudad Santa, con el Statu Quo existente, obliga a todas las partes a preservar la ya delicada situación en la Ciudad Santa de Jerusalén”, dicen los jefes de las Iglesias, que advierten que “la creciente tensión, respaldada principalmente por grupos radicales de derecha, pone en peligro la ya frágil realidad en Jerusalén y sus alrededores”. Por todo ello, han hecho un llamamiento a la comunidad internacional “y a todas las personas de buena voluntad para que intervengan para poner fin a estas acciones provocadoras, así como para seguir rezando por la paz de Jerusalén”.