La Conferencia Episcopal Española presenta la Memoria de Actividades 2019 en una gala celebrada en la Fundación Pablo VI
El presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella, la actividad de la Iglesia se resume en tres palabras: caridad, culto y cultura. Así lo manifestó durante la gala de presentación de la Memoria de Actividades de la Iglesia 2019, que tuvo lugar esta tarde en el auditorio madrileño de la Fundación Pablo VI.
“En este tiempo de crisis, mucha gente nos ha preguntado: ¿Dónde está Dios?”, planteó el cardenal arzobispo de Barcelona que dio respuesta: “Donde hay caridad y amor, ahí está Dios”. Desde ahí puso en valor a tantos sacerdotes, religiosos y laicos que hacen posible “una torrentera de solidaridad y amor”.
“¡Cuántas pequeñas o grandes personas anónimas en un pequeño rincón de nuestra geografía hispana y del mundo hacen pequeño gestos como dar agua o dar catequesis!”, valoró el purpurado que no dudó en recordar que “hemos sido enviados a evangelizar nuestro mundo, a transformarlo”.
En el acto, también intervino el secretario general de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello. “Este evento nace de un deber de agradecimiento y de rendición de cuentas”, expuso el portavoz de los obispos que también hizo hincapié en la necesidad de exponer que se hace con la equis de la declaración de la renta, que definió como una “forma de democracia fiscal”.
El también obispo auxiliar de Valladolid expuso cómo “no podemos quitarnos la pandemia de nuestra mirada”, aun cuando los datos que se presentan en la jornada corresponden al año previo a la irrupción del coronavirus.
“Anunciad a otros que creemos en el Señor, que nos reunimos como pueblo, como familia de familias y que se traduce en un Amor que se hace Cáritas, Manos Unidas, acogida a chavales que están en la calle, a migrantes, a ancianos que están solos en sus casas o en las residencias”, animó a los invitados al acto.
La directora de la Oficina de Transparencia de la Conferencia Episcopal, Ester Martín, fue la responsable de exponer los detalles de la memoria, teniendo en cuenta que “la vida de la Iglesia necesita de recursos económicos para llevarse a cabo”.
La gala dio voz a quienes hacen posible que cuatro millones de personas hayan sido atendido en algunos de los centros sociales y asistenciales de la Iglesia. Entre ellos, Juan Miguel Gutiérrez, que es párroco de 44 pueblos de Burgos. “No estoy yo solo, trabajamos en comunidad”, explicó el sacerdote que compartió cómo “buscamos que nuestros mayores no se sientan solos y sigan viendo la presencia de la Iglesia en medio de ellos”. “Yo soy feliz y disfruto en el mundo rural, es una opción personal”, expuso Juan Miguel.
También estuvo presente el filósofo y escritor Javier Aranguren, enfermo de un cáncer de colon al que se sumó el covid-19 el pasado mes de marzo, lo que le llevó a estar ingresado en la UCI. “La gracia de Dios y la experiencia de paz interior me ha ayudado frente a la enfermedad y a volver a valorar la vida”, expuso Aranguren.