El cardenal João Braz de Aviz compartió esta tarde con los religiosos españoles “la preocupación del Papa por la formación sacerdotal”. El purpurado desveló cómo en un encuentro reciente con Francisco, el sucesor de Pedro le habría expresado su temor por “una cierta tendencia a ir un poco lejos del Concilio Vaticano II, retomando posiciones tradicionalistas”.
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Así se expresó el prefecto de la congregación para los institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apostólicas (CIVCSVA), en un coloquio organizado en el marco de la 50ª Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada, organizada por el Instituto Teológico de Vida Religiosa.
No a tendencias teológicas
En este encuentro virtual, también participaron la religiosa claretiana, Jolanta Kafka, presidenta de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG), así como el presidente de la Unión de Superiores Generales y prepósito general de la Compañía de Jesús, Arturo Sosa. Los tres reflexionaron en torno al lema ‘Sentire cum Christo et cum Ecclesia’.
“Más que grandes esquemas de planificación, más que buscar ideas originales o fijarse en costumbres y tradiciones consolidadas en el tiempo, más que revestir el carisma en tendencias teológicas de derecha o de izquierdas, más que preocuparnos en poseer todas las riquezas humanas, hoy tenemos que construir el camino con Jesús, en una conversión personal concreta, conversión comunitaria y social”, defendió el prefecto brasileño.
“Todo lo que nos hace salir de nuestra filiación divina no tiene origen en Dios, al contrario, elimina los valores del Reino de Dios”, compartió Braz de Aviz sobre la necesidad de que la vida religiosa sea testimonio “con la misma dignidad, sin superiores ni inferiores, sin culturas superiores o inferiores, sin castas ni clases sociales”. “Dentro de la vida consagrada tampoco hay una consagración mayor o menor”, apostilló.
Fraternidad y sinodalidad
El ‘ministro’ vaticano también hizo referencia en su alocución a la necesidad de que la vida religiosa se adentre en su propio camino de reforma desde la propuesta del Papa Francisco vinculada a la fraternidad y sinodalidad que plantea ‘Fratelli tutti’. Desde ahí, hizo un llamamiento a los consagrados a pasar de una formación estática a dinámica, a impulsar la reciprocidad hombre-mujer, a actualizar el sentido de la obediencia alejada del abuso de poder y a mejorar la gestión de sus bienes al servicio de la misión, desde la transparencia económica y alejados de la “ideología del capitalismo”.
“Si la autoridad no es servicio, se convierte en abuso y desde ahí puede manifestarse en abuso de conciencia y sexual”, subrayó. Braz de Aviz también entonó un ‘mea culpa’ sobre la discriminación de las religiosas: “Muchas resistencias en muchas estructuras de la Iglesia cuando se trata de abrir espacios de participación, en varios sectores y niveles, en particular, en la toma de decisiones”.
Cristología afectiva
En su alocución, la claretiana polaca Jolanta Kafka instó a la vida religiosa a adentrarse en “una cristología más afectiva” para dar unidad a la acción y oración tal y como lo vive Jesucristo. “Integrar los sentimientos de Jesús es el proceso formativo de toda la vida”, defendió, completando la mirada del cardenal Braz de Avis. “Necesitamos releer la Palabra”, recordó Kafka a sus hermanos y hermanas consagrados, como la vía para volver a la raíz.
En esta misma línea, Arturo Sosa invitó a los consagrados “a despojarse de todo menos de Jesús”. “Contemplar al Señor Crucificado y ponernos en su puesto es la condición para que el conocimiento crítico de la realidad nos permita ser testigos”, comentó, con el convencimiento de que “seguir a Jesús es entrar en la dinámica de la encarnación”.
La experiencia del Crucificado
“No son los buenos argumentos, los excelentes análisis de la realidad, la radicalidad de la inserción o las instituciones apostólicas bien llevadas lo que funda la fe de los pueblos y a la que consagramos nuestra vida”, aseveró el superior de los jesuitas, que apuntó que “todo eso que necesitamos es pérdida y basura en comparación con la experiencia y el conocimiento de Jesús crucificado y resucitado”. “El encuentro con Jesucristo nos libera de toda atadura”, insistió.
La presidenta de la Conferencia (CONFER), Mariña Ríos, ejerció de moderadora. “Desde Cristo nace todo lo demás: nuestro servicio, nuestra presencia, nuestra palabra, nuestra vida”, comentó.