Hoy, 36 instituciones religiosas de Brasil, Argentina, India, Filipinas, Uganda, Italia, España, Suiza, Irlanda, Reino Unido y Estados Unidos, han anunciado que dejarán, desde este momento, de invertir en combustibles fósiles para su abastecimiento energético.
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Tal como ha anunciado el Movimiento Católico por el Clima, distintas organizaciones anglicanas, católicas, metodistas, presbiterianas y bautistas –entre las cuales se encuentran distintas órdenes religiosas y varias diócesis católicas, como las británicas de Bristol y Oxford–, han acordado de manera conjunta retirar sus inversiones en este tipo de energía a la luz de la semana Laudato Si’, de la próxima reunión del G7 en junio y de la celebración de la COP26 en Glasgow en noviembre.
“Mientras los gobiernos de todo el mundo siguen invirtiendo importantes sumas en medidas de recuperación económica, es vital que estas inversiones apoyen una recuperación justa y ecológica de la crisis de la Covid-19”, subraya Movimiento Católico por el Clima. “Sin embargo, tal y como ha declarado la ONU, sólo el 18% del gasto de recuperación de la Covid-19 anunciado por las 50 mayores economías del mundo en 2020 puede considerarse verde”, apunta la organización, denunciando que “los gobiernos han dado un apoyo financiero considerable a la industria de los combustibles fósiles en sus programas de recuperación de Covid-19”.
Confesiones a la vanguardia del desarrollo sostenible
Sin embargo, esta no es la primera vez que las instituciones religiosas de distintas confesiones se ponen a la vanguardia en lo que a salvaguardar la Casa Común se refiere. De hecho, tal como apunta el Movimiento Católico por el Clima, del total mundial de más de 1.300 compromisos de desinversión realizados hasta la fecha, más de 450 son de instituciones religiosas.
“Nuestra casa común no puede soportar más energía fósil sucia, por lo que el anuncio de hoy es una gran noticia. Es alentador ver cómo las instituciones católicas están aplicando las directrices de desinversión de combustibles fósiles del Vaticano, junto con tantas otras instituciones religiosas”, ha dicho Tomás Insua, director Ejecutivo del Movimiento Católico Mundial por el Clima. “Espero que inspire a muchas otras a seguir su ejemplo, respondiendo con decisión al clamor de la tierra y al clamor de los pobres”.