El Papa ha intervenido por sorpresa en la apertura de la 50ª Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada, organizada por el Instituto Teológico de Vida Religiosa, que ha arrancado esta tarde en formato virtual. El Papa se ha hecho presente a través de un vídeo mensaje sin guión previo, donde su naturalidad le ha llevado a animar a los religiosos españoles a vivir en clave reformadora, al estilo de santa Teresa de Jesús: “No le tengan miedo a los límites, a las fronteras, a las periferias… Porque ahí el Espíritu les va a hablar. Pónganse a tiro del Espíritu Santo”.
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“Es triste ver cómo algunos institutos para buscar cierta seguridad, para poder controlarse han caído en ideologías de cualquier signo, de izquierdas, de derechas, de centro…”, expresó Francisco, que no dudó en subrayar que “cuando un instituto se reformula de un carisma a la ideología, pierde su identidad y su fecundidad”.
Diálogo con la realidad
“La causa general está en la falta de diálogo y compromiso con la realidad”, ahondó en su reflexión, insistiendo que “siempre la vida consagrada ha sido un diálogo con la realidad”. “Alguno pensará que esto es una forma moderna de interpretarlo”, se dijo a sí mismo el Papa, que se contestó de inmediato: “¡No! Pensemos en santa Teresa. Ella vio una realidad e hizo una opción de reforma y fue adelante. Después, a lo largo del camino hubo conatos de transformar esa reforma en encierro, pero la reforma siempre es camino en contacto con la realidad y un horizonte bajo la luz de un carisma fundacional”.
En esta misma línea de renovación, Jorge Mario Bergoglio expresó que “la vida consagrada se comprende caminando, consagrándose cada día, en el diálogo con la realidad”. Por eso, planteó que “cuando la vida consagrada pierde esta dimensión de diálogo con la realidad y de reflexión sobre lo que sucede, empieza a hacerse estéril”.
Carisma fundacional
Desde esta perspectiva, el Papa animo a los consagrados españoles a “mantener vivo el carisma fundacional es mantenerlo en camino, en crecimiento, en diálogo con lo que el Espíritu nos va diciendo en la historia de los tiempos, en los lugares, en diversas épocas, en distintas situaciones”. Para lograrlo, el Papa argentino alerta de que “supone discernimiento y oración”. “No se puede mantener un carisma fundacional sin coraje apostólico, es decir, sin caminar, sin discernimiento y sin oración”, insistió.
En este punto, en tono jocoso, señaló cómo foros como estas jornadas organizadas por los claretianos no son para “reunirse, tocar la guitarra y decir qué linda es la vida consagrada”. “Sí, toquen la guitarra de vez en cuando porque hace bien cantar, ‘canta y camina, como dice san Agustín’”, comentó, para, a renglón seguido instarles a “no perdernos en formulismo, en ideologías, en egos, en diálogos con nosotros mismos y no con el Espíritu Santo”
Homenaje al cardenal Bocos
Además de esta meditación, el Papa homenajeó también al cardenal Aquilino Bocos y recordó cómo dio los primeros pasos de estas jornadas a través de la revista Vida Religiosa. “Él empezó a mover el ambiente”, elogió Francisco al religioso claretiano. “Quiero agradecerle públicamente a Don Aquilino, el sacerdote, el religioso que nunca dejó de ser religioso y sacerdote y que siempre sirve a la Iglesia así”, añadió.
Desde ahí, valoro esta cita promovida por el Instituto Teológico de Vida Religiosa como una iniciativa para “sembrar continuamente la inquietud por comprender la riqueza de la vida consagrada y hacerla fructificar: no solo comprender, vivirla; no solo teoría, práctica. En todo caso, catequesis para practicarla mejor”.
Programa de frontera
Sosteniendo el programa en sus manos, Francisco subrayó cómo hay gente “que tiene mucha experiencia en vida religiosa y experiencia universal, experiencia del límite, por ejemplo, la presidenta de la CLAR, la hermana Liliana, en el límite en América latina, que tantas veces ha aparecido en el Sínodo de la Amazonía. O el cardenal de Rabat, Cristóbal López, en el límite con el mundo islámico”.
“Estoy con ustedes en esta jornada”, insistió el Francisco. “Que Dios les bendiga, que la Virgen les cuide y, si les queda un cachito de tiempo, recen por mí. Gracias”, lanzó como despedida.
