Las ‘Orientaciones pastorales para la celebración de la JMJ en las Iglesias particulares’, presentadas este martes en el Vaticano, constituyen una herramienta para que las comunidades cristianas puedan “con libertad y creatividad pastoral enriquecer su experiencia local de las fiestas de los jóvenes”. Con estas palabras presentó el documento el sacerdote Alexandre Awi Mello, secretario del dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, que subrayó cómo las Orientaciones reúnen “algunos de los elementos clave que han hecho fructíferos estos encuentros a lo largo de los años”.
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Algunas Iglesias particulares, aseguró Awi Mello, organizaban “muy bien” estas JMJ locales, pero otras lo hacían “menos bien”, por lo que hacía falta “valorizar” estas celebraciones particulares, como se pretende con este documento. En él pueden encontrarse “elementos inspiradores para dar un nuevo impulso a la pastoral juvenil en las distintas partes del mundo, especialmente en este tiempo de pandemia”.
Compromiso con los jóvenes
Tras recordar que el papa Francisco trasladó la celebración local de la JMJ a la solemnidad de Cristo Rey, que este año tiene lugar el 21 de noviembre, el secretario del dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida subrayó cómo estos encuentros particulares, debido a la cercanía geográfica y física, “puede generar más fácilmente un compromiso en los jóvenes que cambie el rostro de la sociedad en la que viven y aumente su sentido de pertenencia”.
También participó en la presentación de las Orientaciones el sacerdote João Chagas, responsable de la oficina para los jóvenes del citado dicasterio vaticano, que remarcó cómo en las Iglesias donde no se organizaba hasta ahora una JMJ local debe tomarse este documento a forma de guía para “descubrir los muchos frutos que pueden nacer de la celebración diocesana de la JMJ”.
Abiertos a la peregrinación
Recordó además Chagas que el Papa desea que, con la celebración de ese día, “la Iglesia universal ponga a los jóvenes en el centro de su atención pastoral, rece por ellos, realice gestos que hagan a los jóvenes protagonistas y promueva campañas de comunicación”.
Entre los testimonios de personas que mostraron la importancia de la JMJ en su camino como cristianos, destacó el de María Lisa Abu Nassar, originaria de Nazaret, que reconoció que muchos jóvenes no están dispuestos a acudir a rezar a la iglesia, pero sí “a participar en una experiencia de peregrinación, caminando y descubriendo nuevas cosas juntos, creando nuevas amistades y compartiendo momentos de alegría”.