Estamos ante una “crisis de valores” que tiene una de sus mayores expresiones en la “ideología de género”. Esta ha sido la postura que ha defendido José María Vegas Mollá, misionero claretiano y doctor en filosofía por la Facultad de Filosofía de la Universidad Estatal de San Petersburgo en la conferencia ‘El valor de una sociedad… ¿Con valores?’, que ha pronunciado durante su intervención en la segunda jornada de la 50ª Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada, organizada por el Instituto Teológico de Vida Religiosa.
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En su disertación, el religioso ha reflexionado acerca del concepto de los valores y del relativismo moral en la sociedad actual. Y, para ejemplificarla y defender su postura, ha tomado la decisión de tomar la palabra contra la ideología de género. “Aunque con cierto temor” ha reconocido, a sabiendas de que lo que iba a decir suscitaría opiniones a favor y en contra en la audiencia.
“Criticar ciertas posiciones se ha convertido en algo peligroso, que puede acarrear las iras de muchos, la muerte civil de los disidentes e incluso denuncias ante el juzgado de guardia”, ha afirmado, subrayando, asimismo, que la “voluntad de imponerse, denunciar y excomulgar a los disidentes es muy característica de la ideología de género”.
Apostasía “a gran escala”
“En ella”, ha asegurado el religioso, “el ser humano, una vez más tentado por el diablo, está tratando de jugar a ser Dios, tratando de definir lo que es bueno y lo que es malo, negando las evidencias de la condición masculina y femenina que antes del pecado original eran claras en la inocente desnudez del varón y la mujer, que no impedía, en modo alguno, en la patente diferencia sexual, afirmar su igualdad en dignidad”.
“El mundo occidental, de hondas raíces cristianas”, ha continuado, “está asistiendo en nuestros días a una nueva forma de apostasía a gran escala, que tiene múltiples variables: laicismo, postcristianismo, cultura de la muerte… Pero que se está revelando de manera muy clara en forma de un nuevo experimento de ingeniería social en torno a la ideología de género”.
Y es que, para Vegas, “parece que hoy en día nos vemos obligados a disfrazarnos con los más variados ropajes con tal de no admitir la evidencia de nuestra condición natural como varones y mujeres“. Además, ha denunciado que, a su entender, “se habla de tolerancia, libertad, derecho al aborto, a la muerte digna…”, pero “se hurta la posibilidad de discutir objetivamente y con argumentos todas estas propuestas, exponiendo las múltiples razones que se pueden dar en su contra”.
Según ha afirmado el religioso, “las razones no cuentan si no estás de acuerdo con este magma progresista que se impone a través de los medios de comunicación social”. “Si no estás de acuerdo con todo esto es que eres intolerante, enemigo de la libertad, de los derechos humanos, un machista enemigo de las mujeres o, lo que es el ‘pecado’ más grave: homófobo”, ha apuntado.
¿Crisis de valores o de perspectivas?
La intervención de Vegas partía de una reflexión acerca de si los valores pueden o no entrar en crisis –siendo la llamada ideología de género, para el religioso, una expresión importante de la misma–. “Los valores mismos no pueden estar en crisis”, ha dicho, defendiendo el carácter objetivo de los mismos. “Sin embargo, a lo largo de la historia varían las perspectivas, la capacidad de aprenderlo. Cuando hablamos de crisis de valores hablamos de una crisis de nuestra percepción de ellos”, ha explicado.
De esta manera, “la crisis de nuestro tiempo” tendría más que ver con “un cambio de perspectiva que privilegia unos valores sobre otros”, así como “la aparición de un subjetivismo moral como una forma específica de relativismo en la cual los valores dependen del sujeto que valora”. “Aunque hay referentes en la antigüedad, esta postura se ha desarrollado ampliamente en la época moderna como reverso del positivismo científico hasta llegar a convertirse en una especie de dogma de la conciencia moral contemporánea”, ha matizado.
“El subjetivismo práctico rechaza toda exigencia que se oponga a las inclinaciones e intereses subjetivos”, ha apuntado. “Identifica y confunde lo que está bien con lo que viene bien, considera que la única manera de luchar por la causa de la libertad, la democracia y la tolerancia es renunciar a la idea de valor objetivo”. Sin embargo, “todo esto son expresiones de la crisis de valores de nuestro tiempo”.
Subjetivismo y hedonismo
Una crisis, para Vegas, “particularmente grave”, no porque se hayan “evaporado todos los valores, sino porque se ha volatilizado la noción misma de valor objetivo, considerando que, cuando se habla de tal cosa, se está hablando de algo inexistente con la que designamos, simplemente, el complejo de nuestras orientaciones y deseos”. “Lo único que hay debajo del subjetivismo es el hedonismo”, ha afirmado.
Asimismo, ha subrayado que “esto es especialmente trágico en la educación”, ya que “se difunde la idea de que los valores son meras expresiones de sentimientos subjetivos”. De esta manera, según el religioso, “se atacan criterios y valores morales que pretenden objetividad, considerándolos retrógrados o propios de una cultura monolítica, intolerante y antidemocrática. Se abolen así los ideales de excelencia moral que pretenden tener un valor canónico”.