España

La Fiscalía pide 17 años de prisión a un sacerdote de Toledo por presuntos abusos

  • La acusación particular, ejercida por la víctima, pide que la pena sea de 22 años de cárcel
  • La joven, que en aquel momento tenía 15 años, acudió al cura en un momento de “angustia y confusión” derivada de la crisis matrimonial de sus padres





La Audiencia Provincial de Toledo juzgará, a partir del próximo 29 de junio, a un sacerdote de Talavera de la Reina por la presunta agresión sexual continuada a una menor durante varios años, en los que fue su director espiritual. La fiscalía, tal como informa EFE, pide 17 años de prisión. El cura se enfrenta a un delito de agresiones sexuales y a otro contra la integridad moral y, ante esto, la acusación particular –ejercida por la víctima–, eleva su petición de condena a 22 años de prisión.



Tal como expone la fiscalía en su escrito de acusación, los hechos comenzaron en 2011, cuando la víctima, que en aquel momento tenía 15 años, se encontraba en una situación de “angustia y confusión” derivada de la crisis matrimonial de sus padres. Acudió al acusado como director espiritual, y llegó a convertirse en una “persona de referencia” para ella.

El mismo documento relata los abusos y agresiones sexuales a los que supuestamente sometió este sacerdote a la víctima entre enero de 2011 y junio de 2013, aprovechando su situación de “aislamiento familiar” para llevar a cabo “su comportamiento lascivo”.

Episodios de violencia

El texto narra, además, cómo el acusado y la madre de la víctima, con quien supuestamente mantenía una relación, la sometieron a un “exorcismo” para quitarle el “demonio” que tenía dentro. Al día siguiente de este hecho, el sacerdote citó a la joven en su despacho “con el pretexto de continuar con el exorcismo”, agrediéndola sexualmente, tal como indica la Fiscalía. “Después de esta situación, el comportamiento del acusado se repitió”, añade.

Del mismo modo, el informe subraya que las agresiones no se dieron únicamente de forma sexual, sino que, además, se sucedieron supuestamente diversos episodios de violencia en los que el acusado llegó, incluso, a darle “una paliza” a la víctima cuando esta oponía resistencia, teniendo esta que “ser atendida en el hospital de Talavera de la Reina”. Asimismo, el escrito señala que “además de insultarla”, la llegó a decir que “no tuviese miedo, que era lo que Dios quería” y también le amenazó con que “si lo contaba, la mataba”.

A día de hoy, tal como expone el fiscal, la víctima sufre una serie de “padecimientos psiquiátricos” compatibles con “haber experimentado acontecimientos traumatizantes, como pueden ser los abusos-agresiones sexuales continuados en el tiempo, que la víctima vivió en soledad durante años en una situación de vulnerabilidad”.

Consecuencias en la víctima

Además de la pena de prisión, la Fiscalía quiere que se inhabilite al acusado para cualquier profesión u oficio que conlleve el contacto regular con menores, que se le someta a libertad vigilada durante 10 años y que se le prohíba durante 20 años comunicarse con la víctima, cuya “vulnerabilidad” ha tenido en cuenta para formular su petición.

En el mismo sentido, la acusación particular subraya la “desconfianza generalizada hacia la gente” y el “progresivo aislamiento social” que sufrió la joven como consecuencia de los abusos, de los que llegó a sentirse culpable, y tras los que sufrió alucinaciones auditivas e “imágenes intrusivas” que derivaron en el diagnóstico de trastorno de estrés postraumático. “Es concluyente que el abuso y agresiones a que fue sometida (…), han hecho que (la víctima) sufra un calvario”, indica el escrito de la acusación.

Pese a ello, la joven “ha intentado continuar con su carrera de medicina” con el objetivo de “dedicar su vida y vocación a la psiquiatría” para ayudar a otros menores que hayan vivido “situaciones parecidas a las que desgraciadamente ella tuvo que vivir”.

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Alicia Ruiz López de Soria, ODN







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