La situación de Ceuta va a ser uno de los temas calientes que afronte el papa Francisco en la audiencia que mantendrá en el Vaticano este sábado, 22 de mayo, con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. La ciudad española situada en el norte de África se ha visto esta semana, otra vez, en el centro del tablero migratorio con la llegada a nado de miles de subsaharianos y marroquíes, muchos de ellos menores de edad.
Al menos una persona ha perdido la vida en el trayecto. Esta nueva crisis, fruto del último choque político entre España y Marruecos, se está siguiendo “con preocupación” desde el Vaticano, donde se espera que haya cuanto antes una desescalada de la tensión que permita volver al estatus anterior.
“Esperemos que funcionen las soluciones diplomáticas y que la Unión Europea actúe. La frontera de Ceuta es una frontera europea y hace falta mandar un mensaje político claro desde Bruselas”, advierte a Vida Nueva un alto funcionario de la Santa Sede que pide mantener el anonimato. Esta fuente lamenta que el coste del choque entre España y Marruecos lo estén pagando los inmigrantes, “esas pobres personas que están a merced de las olas y están siendo utilizadas como escudos humanos por una cuestión política. No podemos desentendernos de esta crisis humanitaria”.
Pese a la buena relación que el papa Francisco tejió con el rey de Marruecos, Mohamed VI, durante la visita que realizó al país magrebí en marzo de 2019, en el Vaticano se descarta por el momento que sea posible una mediación del Pontífice en el conflicto entre Madrid y Rabat. “La Santa Sede siempre está dispuesta a echar una mano cuando hay roces entre dos países, pero interviene solo si lo piden las partes”, recuerda otro monseñor que trabaja en la Curia romana. “La solución debe venir desde Bruselas. Aunque se trate de un terreno político muy complejo, son muchos los intereses europeos con Marruecos y se tienen que hacer valer”.