Como en todo el continente, la Iglesia argentina comenzó a reunirse para iniciar el camino que desembocará en la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, organizada por el CELAM.
La Conferencia Episcopal Argentina encomendó la tarea a una comisión encabezada por el arzobispo de Mercedes-Luján, Jorge Scheinig y el obispo auxiliar de Buenos Aires, Enrique Eguía Seguí. Está integrada por laicas/os, consagradas/os, sacerdotes y obispos.
Esta semana se reunió este equipo de animación, con la participación de delegados diocesanos, responsables de movimientos y de áreas pastorales.
Scheinig recordó que desde hace unos años se viene trabajando el tema de la sinodalidad, rescatando las experiencias de las iglesias particulares. Ahora, con esta práctica sinodal, intentarán que cada uno se transforme en animadores de espacios que faciliten la escucha de todos, especialmente “de aquellos a quienes no es fácil poder escuchar”.
En esta oportunidad, se escuchó al Coordinador del Comité de Escucha de la Asamblea Eclesial, Mauricio López, quien recordó que, en la Iglesia, la modalidad de Asamblea es inherente a su identidad, aunque “esta Asamblea Eclesial es una experiencia inédita”. “Como no hay precedente, vamos caminando juntos y lo hacemos teniendo en cuenta el contexto actual”, dijo.
López señaló que, desde Aparecida, correspondía una nueva Conferencia Episcopal. El aporte de América Latina está influyendo en el proceso de la Iglesia universal. Tal es el caso de Evangelii Gaudium, de Laudato ‘Si, de Querida Amazonia, en los cuales se abordan temas que fueron propios de Aparecida. Del mismo modo, Fratelli Tutti y la conversión social que nos propone .
Daniel Martini, del Departamento de Laicos (DEPLAI) del episcopado argentino destacó que el gran desafío será que todas las voces se expresen y lleguen a destino. Dijo que hay que inscribirse y aprovechar los documentos y ayudas que facilitan la participación.
Por su parte, el obispo Eguía Seguí recalcó que la sinodalidad es estar unos a la escucha de otros, y todos a la escucha del Espíritu Santo, que guía a la Iglesia. Agradeció este momento de escucha, que responde a una cuestión organizativa para ir depurando y planeando la participación en la Asamblea Eclesial.
Aclararon que, más allá de esta reunión, muchas iglesias particulares, movimientos, organizaciones y espacios eclesiales, ya comenzaron este proceso de escucha y animación.