La profesora de Sagrada Escritura de la Universidad Pontificia Comillas cierra las ponencias de la Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada
Marta García Fernández no tiene ninguna duda de que una de las características que tiene que definir a los religiosos hoy es ser “insobornables”. Así lo compartió durante el ‘Manifiesto en favor de una vida consagrada profética’ que expuso en la jornada de clausura de la 50ª Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada, organizada por el Instituto Teológico de Vida Religiosa de Madrid.
“Hemos de permanecer insobornables a la verdad”, expuso esta religiosa de Nuestra Señora de la Consolación, que hizo un llamamiento a vivir la fidelidad a pesar de las dificultades de la misión.
Es ahí donde encuadró el perfil del profeta del siglo XXI, como aquel que tiene “lengua y oído del espíritu”, aquel que es capaz de tatuar su “cuerpo y huesos con la Palabra”, además aquel que es capaz de que “el dolor del hermano” quede grabado en su piel. Para la consagrada madrileña, “ser profeta es responder a la injusticia sin violencia, al mal con bien, al odio con paz, responder a la herida con curación”.
“No temamos a descoyuntarnos”, expuso la profesora de Sagrada Escritura en la Universidad Pontificia Comillas a la hora de poner en marcha odres nuevos frente a los “esquemas rígidos y pellejos viejos”. “Aunque los fantasmas de los miedos nos asalten y nos dejemos domesticar por el realismo vigente”, García planteó la necesidad de discernir con creatividad e imaginación.