El papa Francisco –obispo de Roma– ha sido el encargado la 74ª Asamblea General de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), que ha comenzado en la tarde del 24 de mayo y se extiende hasta el próximo jueves, día 27. La cita, que tiene lugar en un amplio hotel romano en la Vía Aurelia, cerca de la sede de la CEI, tiene como lema: ‘Anunciar el Evangelio en un tiempo de renacimiento – Iniciar un camino sinodal’.
- OFERTA: Semana del Laico en Vida Nueva: suscríbete a la edición en papel con un 25% de descuento
- ¿Quieres recibir gratis por WhatsApp las mejores noticias de Vida Nueva? Pincha aquí
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
En su intervención, totalmente espontánea y sin leer ningún papel, el Papa reivindicó la gran conferencia eclesial nacional de Florencia –el 5º encuentro de estas características–, celebrada en el año 2015, como ejemplo de sinodalidad. Pidió recuperar las propuestas de entonces, superando la “amnesia” sobre el acontecimiento. Llegó a decir el pontífice que “la luz viene de Florencia, en cambio el Sínodo debe empezar desde abajo”, según recoge la agencia SIR.
No se bromea con la formación
Francisco tuvo tiempo para bromear sobre el hotel en el que se celebra el encuentro –“¿esto es una asamblea de obispos o un concurso para elegir al obispo más guapo?”, preguntó al principio de su intervención– y también para tener, como es habitual, una conversación a puerta cerrada a partir de las inquietudes de los prelados. Antes del diálogo quiso reflexionar sobre la formación de los sacerdotes en los seminarios.
“Hemos visto con frecuencia a seminaristas que parecían buenos, pero eran rígidos”, señaló Francisco, “y la rigidez no es del buen espíritu. Entonces nos dimos cuenta de que detrás de las rigideces había grandes problemas”, añadió. Por eso, hizo una llamada a no descuidar la formación. “No podemos bromear con los chicos que vienen a nosotros para entrar en el seminario”, sentenció.
Viviendo la sinodalidad
Frente a la asamblea de Florencia, pidió que, aunque han pasado muchas cosas en estos últimos cinco años no se pierda “la memoria”. “Una de las cosas que ha pasado –es una actitud que tenemos todos, también pasa en la Conferencia Episcopal Italiana– es la amnesia: perdemos la memoria de lo que hemos hecho y seguimos adelante”, denunció. Por ello, reclamó que “el Sínodo debe desarrollarse bajo la luz de Florencia”. “Florencia es vuestro patrimonio que debe iluminar este momento, de arriba abajo. Y de abajo a arriba el pueblo de Dios: la parroquia más pequeña, la institución diocesana más pequeña, uniéndose”, declaró. “
Esto nos va a pedir paciencia, nos va a pedir trabajo, nos va a pedir que dejemos hablar a la gente”, reclamó pensando en el próximo sínodo que implicará a las iglesias particulares para que “brote la sabiduría del pueblo de Dios”. Para Francisco, este desarrollo que está teniendo el Sínodo de los Obispos no es más que un desarrollo del Vaticano II que refleja que “la totalidad del pueblo de Dios, todo, desde el obispo hacia abajo es ‘infalible in credendo’, no puede errar. Hay armonía en esa unidad, pero esa fe debe hacerse explícita”, concluyó.
Por su parte, Gualtiero Bassetti, arzobispo de Perugia-Città delle Piaeve y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, resaltó la propuesta de sinodalidad ya que el Papa ha establecido “un proceso que empieza desde abajo para implicar al Santo Pueblo de Dios en nuestros territorios, en nuestras Iglesias”. “Lo importante es tener sueños y deseos más grandes que los miedos. Es ese fuego sagrado que recibimos ayer con Pentecostés”, añadió el cardenal. “Nuestro camino sinodal quiere caminar en sintonía con el del Sínodo de los Obispos. También es una oportunidad para nuestras iglesias en Italia”, concluyó.
