Primero fue la decisión de trasladar al obispo de Teruel, Antonio Gómez Cantero, como coadjutor a la diócesis de Almería. Y, ahora, el papa Francisco ha decidido apartar al titular, Adolfo González Montes, de sus funciones como obispo titular, dando plenos poderes a Gómez Cantero cuando apenas queda un año para que, tal como establece el Derecho Canónico, González Montes debiera presentar su dimisión por motivos de edad. Todo ello argumentando las “circunstancias peculiares” de la diócesis andaluza.
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“Para proveer el gobierno de la Iglesia de Almería, teniendo presentes las circunstancias peculiares, el Sumo Pontífice Francisco, Papa por la Divina Providencia, con solicitud apostólica, ha considerado que se debe examinar el gobierno de la citada Iglesia”. Así reza el Decreto sobre las facultades del obispo coadjutor de Almería que ambos prelados han recibido hoy en la Nunciatura Apostólica.
“Por ello, su Santidad, en el presente Decreto de la Congregación para los Obispos”, continúa el documento, “desde el día de hoy, atribuye exclusivamente al Excmo. Padre D. Antonio Gómez Cantero, obispo coadjutor de Almería, los derechos, oficios y facultades que competen conforme a la norma legal al obispo diocesano según el canon 381″. Según ha podido confirmar Vida Nueva, a la delicada situación económica que atraviesa la diócesis y que González Montes siempre negó, se unen otras cuestiones de hondo calado que han obligado a tomar esta drástica e inédita decisión en la Iglesia española.
“La transparencia es fundamental”
Gómez Cantero fue nombrado coadjutor de Almería el pasado 8 de enero. Una decisión del Papa que le suponía, tal como el obispo expresaba en una carta, “sufrimiento” por tener que dejar la diócesis de Teruel y Albarracín. “Todas las llamadas del Señor exigen una conversión que comporta un sufrimiento implícito, un sacrificio, por la complejidad que nos supone salir de nuestro hábitat, ese espacio donde nos sentimos, tarde o temprano, acomodados”, escribía el prelado.
El cambio tuvo lugar en marzo. Entonces, el nuevo coadjutor aseguraba que su objetivo era, en primer lugar, “conocer mucho la diócesis, sobre todo conocer a las personas y luego los paisajes”. Pero, además, reflexionaba acerca de cuáles serían sus funciones: “Cuando sea obispo coadjutor, don Adolfo me enviará quizás a confirmar a los jóvenes o quién sabe si a llevar las cuentas… Si él me confía esto último, ya hablaré, porque tengo claro que la transparencia es algo fundamental”.
Por su parte, González Montes ha mantenido en todo momento que no existían problemas económicos. “Nuestra Diócesis está al día. Hasta ahora, estamos cumpliendo”. De hecho, ante las expresiones de preocupación de la Conferencia Episcopal, el obispo aseveraba que esta “no tiene competencias” en lo que a las cuentas de la diócesis de Almería se refiere.
De hecho, González Montes llegaba incluso a insinuar que se trataban de “rumores” y que estaban “cogidos de aquella manera”. “No podemos sucumbir al engaño de quienes quieren dividir a los pastores, rompiendo así la unidad del rebaño, que adquiere una gravedad pecaminosa singular cuando se hace desde dentro”, decía el obispo en la celebración de la misa de presentación del coadjutor celebrada en la catedral almeriense de Nuestra Señora de la Encarnación. “Los bautizados vivimos en la división constante, con descalificaciones recíprocas, en pugnas por un poder que es efímero, como todos los poderes de este mundo, con una vanidad infinita a veces”, afirmaba.