“Sin este pan eucarístico, será imposible vencer el pecado, será imposible perdonar siempre, amar siempre, servir siempre, será imposible confesar a Cristo con valentía delante de los hombres”. Así se ha expresado hoy el arzobispo emérito de Sevilla, Juan José Asenjo, durante la misa del Corpus Christi en la catedral con la que se despide de la archidiócesis.
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Durante su sermón, Asenjo ha reflexionado sobre el misterio eucarístico “adorado, contemplado, como manantial de fidelidad y de vida cristiana, con el mismo realismo y la misma verdad con que Jesús caminaba por las polvorientas sendas de Palestina”.
La Eucaristía es también “banquete y alimento, sustento de nuestras almas, lo mismo que el pueblo de Israel, en su alborear por el desierto, buscaba el maná con el que se sustentaban, nosotros tenemos también este precioso maná, que es el Cuerpo y la Sangre del Señor, que nos permite caminar a lo largo de nuestra peregrinación por este mundo, que nos permite vivir airosa y comprometidamente nuestra fe”, ha añadido.
El mayor tesoro de la Iglesia
Según ha señalado el prelado, es en la Eucaristía “donde el Señor nos atrae, nos acerca a Él para hacernos suyos, va grabando a fuego en nuestro corazón sus propios sentimientos, su estilo de vida, sus propias virtudes, su amor al Padre hasta el heroísmo, su altísima vida de oración, su humildad, su sencillez, su pureza y limpieza de costumbre, su amor a la verdad siempre, su amor al trabajo, su amor a los hermanos, especialmente a los más pobres y necesitados”.
Por tanto, “Cristo Eucaristía es el mayor tesoro que posee la Iglesia, Cristo mismo, nuestra Pascua, compendio y suma de la fe, la Santísima Eucaristía”, ha señalado.