El cardenal Reinhard Marx ha ofrecido su renuncia al Papa, en medio de la crisis de los abusos sexuales que continúa azotando a la Iglesia alemana después de que en estos días la Nunciatura Apostólica en Alemania haya abierto una investigación ante presuntos casos de encubrimiento en la diócesis de Colonia, que implicaría al cardenal Rainer María Woelki. El actual arzobispo de Munich y Freising, que hasta hace un año era el presidente del Episcopado, ha escrito una carta personal a Francisco en la que asegura “asumir la corresponsabilidad de la catástrofe de los abusos sexuales por parte de los miembros de la Iglesia en las últimas décadas”.
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“Me gustaría dejarlo en claro: estoy dispuesto a asumir la responsabilidad personal, no sólo por mis propios errores, sino por la Iglesia como institución, que he ayudado a moldear y moldear durante décadas”, expone abiertamente en el escrito, en el que insiste al Pontífice que acepte su dimisión.
Pieza clave de la Iglesia
Esta misiva cae como un sismo de alta intensidad en la Iglesia germana, pero también en la universal, teniendo en cuenta además que Marx forma parte del Consejo de Cardenales que asesora a Jorge Mario Bergoglio en la reforma eclesial más relevante desde la convocatoria del Concilio Vaticano II. Y no solo eso, también es el coordinador del Consejo de Economía del Vaticano desde su creación en 2014. Además, el purpurado ha sido el principal impulsor del Camino Sinodal abierto en el país para debatir sobre cuestiones tales como el celibato, la ordenación femenina, la moral sexual y la acogida a los homosexuales.
Con la puesta de su cargo a disposición de Francisco, Marx da un paso al frente antes de que lo dé el arzobispo de Colonia. De hecho, en su misiva parece mandarle un mensaje implícito. Y es que, el cardenal expone cómo “algunos en la Iglesia no quieren admitir este elemento de corresponsabilidad y, por lo tanto, también complicidad de la institución y, por lo tanto, se oponen a cualquier reforma y renovación del diálogo en relación con la crisis de abuso”.
Fallos sistémicos
Para Marx, no hay duda de que en el seno eclesial ha habido y hay “fallos institucionales y sistémicos” además de otros “personales y administrativos”. Sobre todo, después de conocer el resultado de las diversas investigaciones llevadas a iniciativa del propio Episcopado alemán que puso de manifiesto la gravedad de la lacra de la pederastia entre los sacerdotes. Y es que, según el informe más reciente, se contabilizaron 3.677 casos de abusos sexuales a niños y jóvenes por parte de 1.670 clérigos entre 1946 y 2014.
El todavía arzobispo de Munich también dibuja en la carta al Papa la que confía que sea su vida a partir de ahora: “Me gustaría dedicar los próximos años de mi servicio a la pastoral y trabajar por una renovación espiritual de la Iglesia, como usted insiste incansablemente”.
