Un siglo al habla desde Tierra Santa

Cien años de la revista Tierra Santa

La revista Tierra Santa celebra su centenario. Un siglo en el que no solo ha sido voz y testimonio de los Santos Lugares, sino también testigo de primera mano de la vida en Oriente Medio. Este aniversario llega justo en un periodo especialmente complicado: la crisis del Covid-19 y una escalada de violencia que ha enfrentado a israelíes y palestinos, dejando, en apenas dos semanas, centenares de fallecidos y heridos.



“La revista lleva un siglo, pero pertenece a una institución, la Custodia de Tierra Santa, que lleva presente en Medio Oriente más de 800 años, y esto hace ver con una perspectiva histórica cada hecho que sucede”, señala a Vida Nueva fray Aquilino Castillo, representante de la Custodia de Tierra Santa en España.

Por primera vez, en ciudades como Haifa, Lod, Acre, Ramble o Tel Aviv ha habido enfrentamientos entre ciudadanos árabes y judíos. “Esta sorpresiva espiral de violencia árabe-judía sí es algo nuevo”, apunta, si bien reconoce que estos acontecimientos están unidos a las dos intifadas y a diversos periodos también de confrontación.

La pandemia, por otra parte, ha dejado los Santos Lugares sin peregrinaciones, y esto ha tenido como consecuencia una situación económica complicada para muchos cristianos en Tierra Santa. “Las familias han tenido que solicitar muchísima ayuda a las parroquias”, dice Castillo. “En las de la Custodia, que son las de Belén, Jerusalén, Nazaret, Ramble, Acre, Jericó… el esfuerzo se ha tenido que multiplicar, teniendo en cuenta también que la Custodia de Tierra Santa no ha dispuesto de la colecta de Viernes Santo del pasado año, incluso la organizada el 14 de septiembre, fue en plena segunda ola”, explica.

Testigo de varios papas

Pero, además, la revista ha sido testigo en este último siglo de las visitas de los Papas y de la importancia de las mismas a nivel eclesiológico y por el impulso ecuménico que ya dio Pablo VI en el encuentro con Atenágoras, repetido, 50 años después, en el abrazo también en el Santo Sepulcro entre el papa Francisco y el patriarca de Constantinopla. “Pablo VI es el Papa que rompe el hielo y viene al encuentro de las comunidades cristianas, pero también de musulmanes, judíos…”, dice, mientras que “Juan Pablo II es mucho más carismático, en él se buscaba mucho más el gesto”.

Mientras, “de Benedicto XVI nos quedan sus importantes discursos que pronunció frente a las autoridades palestinas e israelíes, en el museo del holocausto, en sus homilías… fueron realmente impresionantes”. Por último, Francisco, que “tuvo gestos importantes, y es, además, un Papa que ha insistido mucho en el espíritu misionero y en hacer de la Iglesia una Iglesia en salida”. Y esto, para las comunidades presentes en la cuna de Jesús, tiene un sentido especial.

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