Estrecha colaboración entre matrimonios y ministros ordenados para “cooperar con fecundidad en el cuidado y la custodia de las Iglesias domésticas”. Esto es lo que ha pedido el papa Francisco en su videomensaje al foro organizado por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, a cinco años de la promulgación de la exhortación apostólica ‘Amoris laetitia’.
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“La pregunta que os planteáis: ‘¿Hasta dónde hemos llegado con la aplicación de Amoris laetitia?’“, ha dicho el Papa, “se propone estimular un discernimiento eclesial fecundo sobre el estilo y la finalidad de la pastoral familiar en la perspectiva de la nueva evangelización”. Y es que la exhortación Amoris laetitia “es el fruto de una profunda reflexión sinodal sobre el matrimonio y la familia y, como tal, requiere un paciente trabajo de aplicación y una conversión misionera”.
En medio de las dificultades causadas por la pandemia, Francisco ha apuntado que “la familia es hoy más que nunca un signo de los tiempos y la Iglesia está invitada sobre todo a escuchar activamente a las familias y al mismo tiempo a involucrarlas como sujetos de la pastoral”. Por ello, “es necesario dejar de lado la idea de que la evangelización está reservada a una élite pastoral”. De hecho, según el Papa, “cada uno de los bautizados es agente evangelizador”.
Retomar Amoris laetitia
De esta manera, Francisco ha llamado a reconocer que “para llevar el amor de Dios a las familias y a los jóvenes, que construirán las familias del mañana, necesitamos la ayuda de las propias familias, de su experiencia concreta de vida y de comunión”. Así, la Iglesia necesita “cónyuges junto a los pastores, para caminar con otras familias, para ayudar a los más débiles, para anunciar que, también en las dificultades, Cristo se hace presente en el sacramento del matrimonio para dar ternura, paciencia y esperanza a todos, en cualquier situación de la vida”.
Asimismo, el Papa ha invitado a los participantes del foro a “retomar Amoris laetitia para identificar, entre las prioridades pastorales que en ella se indican, las que mejor corresponden a las necesidades concretas de cada Iglesia local y a seguirlas con creatividad y celo misionero”. “En el tiempo de la pandemia, el Señor nos ha dado la oportunidad de repensar no sólo las necesidades y las prioridades, sino también el estilo y la forma de planificar y llevar a cabo nuestro compromiso pastoral”, ha aseverado.
Por otro lado, ha afirmado que “hay que hacer un esfuerzo especial para formar a los laicos, especialmente a los cónyuges y a las familias, para que comprendan mejor la importancia de su compromiso eclesial, es decir, el sentido de la misión que se deriva de ser cónyuges y familia”.
