En un destemplado mensaje, con caterva de insultos incluida, Rosario Murillo, vicepresidenta de Nicaragua y esposa de Daniel Ortega, arremetió contra la Iglesia católica.
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Ha calificado a los obispos de “ridículos, ladrones, asesinos” acusándolos de recibir “recursos para la muerte”, que “piden para regar sangre entre la comunidad nicaragüense”.
Recursos que según Murillo “se reparten alegremente entre ellos y pretenden con vozarrones ridículos seguir instalando el odio en nuestra Nicaragua. ¡Vozarrones ridículos!”, reiteró.
Reacción contra el cardenal Brenes
Esta respuesta de la vicepresidente es una retaliación por las posiciones que ha fijado la Iglesia en los últimos días ante la persecución política desatada contra opositores al régimen sandinista.
De hecho el cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, exhortó a los jueces del país actuar apegados a la verdad y a la justicia ante lo que ha calificado un cercenamiento sistemático de las libertades a través del poder judicial.
Por el contrario, Murillo –con desparpajo– ha dicho sentirse “alegre” ante el apresamiento de cuatro líderes opositores en esta semana.
Vicepresidenta sancionada
Murillo justifica la medida contra los líderes de oposición: “Dicen sentirse perseguidos, pero perseguidos por ellos mismos perseguidos por la justicia, perseguido por sus tropelías, por sus delitos ¿cuántos de esos puchos pueden decirse honrados? la honradez es una cualidad y un don de Dios”.
Estas maniobras del régimen de Ortega han llevado a una enérgica condena por parte de la Comunidad Internacional, incluso el gobierno de Biden sancionó a la propia Murillo y a sus cuatro hijos, congelando sus cuentas en dólares y propiedades en este país.
La mujer asegura que “tenemos a vivir con integridad y sigan destinando millones para aplastarnos, millones que además no le llegan a los pueblos, son millones para la muerte que entregan a zánganos que reciben dinero ensangrentado y que además se lo roban” en referencia a los obispos.
