“La reconstrucción de las economías pospandémicas nos ofrece la oportunidad de revertir el rumbo seguido hasta ahora e invertir en un sistema alimentario global capaz de resistir a las crisis futuras”. Con estas palabras dirigidas a la FAO en el contexto de su cumbre anual, que ha dado comienzo hoy en Roma, el papa Francisco ha defendido la necesidad de promocionar “una agricultura sostenible y diversificada, que tenga presente el valioso papel de la agricultura familiar y la de las comunidades rurales”.
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“De hecho, es paradójico comprobar que la falta o escasez de alimentos la padecen precisamente quienes los producen”, ha apostillado el Papa. Y es que, tal como ha reconocido, “a pesar de los logros obtenidos en las décadas anteriores, muchos de nuestros hermanos y hermanas aún no tienen acceso a la alimentación necesaria, ni en cantidad ni en calidad”.
En un contexto de pandemia y de crisis climática, Francisco ha subrayado que, “para ofrecer una solución a estas necesidades” alimentarias, “es importante, sobre todo, garantizar que los sistemas alimentarios sean resilientes, inclusivos, sostenibles y capaces de proporcionar dietas saludables y asequibles para todos”. En esta perspectiva, el Papa se ha inclinado por la instauración de “una economía circular, que garantice recursos para todos, también para las generaciones venideras, y que promueva el uso de energías renovables”.
Economía “a la medida del hombre”
“El factor fundamental para recuperarse de la crisis que nos fustiga”, ha aseverado, “es una economía a medida del hombre, no sujeta solamente a las ganancias, sino anclada en el bien común, amiga de la ética y respetuosa del medio ambiente”. Del mismo modo, ha hecho hincapié en la necesidad de promocionar “una cultura del cuidado, dispuesta a afrontar la tendencia individualista y agresiva del descarte, muy presente en nuestras sociedades”.
“Mientras unos pocos siembran tensiones, enfrentamientos y falsedades, nosotros, en cambio, estamos invitados a construir con paciencia y decisión una cultura de la paz, que se encamine hacia iniciativas que abracen todos los aspectos de la vida humana y nos ayuden a rechazar el virus de la indiferencia”, ha recordado Francisco, concluyendo que “se necesitan gestos tangibles que tengan como punto de referencia la común pertenencia a la familia humana y el fomento de la fraternidad”.