“Puedo garantizar que la estrategia de vacunación en los países desarrollados, y en el nuestro, se ha hecho con criterios éticos, porque aquí tenemos mecanismos sólidos que garantizan que las vacunas lleguen a quienes tienen que llegar. Pero en muchos países en vías de desarrollo hemos sabido que esto no es así”. Así se ha posicionado Federico de Montalvo, presidente del Comité de Bioética de España, acerca de la actual estrategia de vacunación en el mundo frente a la Covid-19. Lo ha hecho durante su intervención en el debate ‘Liberalizar las patentes ante la COVID-19: ¿es la solución?’, organizado hoy por la Fundación Pablo VI.
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El encuentro se ha celebrado en Barcelona, además, con la presencia de Humberto Arnés, director general de Farmaindústria; David Noguera, presidente de Médicos Sin Fronteras; Erika Dueñas, responsable de Propiedad Intelectual del Departamento de Medicamentos y Productos de la OMS. Además, ha sido moderado por Francisco José Cambra, jefe de la UCI Pediátrica del Hospital San Joan de Déu y miembro del Institut Borja de Bioética.
“¿Cómo va a ser la vacunación de estos países? ¿Cómo podemos saber que las vacunas llegan a quienes tienen que llegar?”, se ha preguntado Montalvo, señalando, además, otra cuestión: “Debemos preguntarnos si el debate sobre las patentes es un debate referido al Covid-19, como medida excepcional, o si es un debate que se abre de cara al futuro”.
Soluciones globales
“En el Comité General de Bioética de la UNESCO sacaremos próximamente una declaración sobre este asunto, y en ella podemos ver claramente la división de las posturas entre miembros de los países desarrollados y miembros de países en vías de desarrollo: Los primeros se han pronunciado, en cierto modo, en contra, y los otros a favor”, ha explicado, matizando, aun así, que el texto llama a una liberación excepcional de esta vacuna.
“Es un tema difícil porque tenemos la tendencia de tachar como malas algunas propuestas porque defienden el derecho de propiedad”, ha argumentado. “Pero las patentes no solo defienden este derecho, sino que también conectan con el derecho de propiedad e investigación científica”.
Sin embargo, de Montalvo reconoce que “la pandemia es un problema global, y exige soluciones globales”, por lo que considera que, tal vez, lo ideal sería proponer “cursos intermedios de acción”. En la misma línea, Erika Dueñas ha manifestado que “No se trata solo un tema de distribución sino de permitir la fabricación”. Una idea que enlaza con la advertencia de Humberto Arnés sobre que “la liberación de las patentes no garantiza que aumente la producción de vacunas”, ya que, en algunos casos, se precisa de unos equipos muy sofisticados que no están al alcance de todos los laboratorios.
“El reto está en una distribución equitativa, de tal manera que se utilicen de manera urgente en aquellos que más lo necesiten”, ha aseverado Arnés. Por su parte, Noguera, ha recordado que “ahora mismo estamos ante una mortalidad en un año superior a la de la II Guerra Mundial”, lo cual hace de esta situación algo “absolutamente excepcional”. “No se trata de que liberalizar las patentes sea la bala mágica, pero es necesaria una respuesta que elimine los obstáculos en esta situación sin precedentes que marcará a una generación entera”, ha apuntado.
