El Consejo Asesor de CONFER Migraciones ve la necesidad de apostar por una gestión de los desplazamientos que ponga a la persona en el centro, ofrezca una mirada integral y corresponsabilidad de los estados miembros
El Consejo Asesor de CONFER Migraciones, formado por varias congregaciones religiosas que trabajan con y por las personas migrantes y refugiadas, se une a la celebración del Día Mundial de los Refugiados –que se celebra el próximo domingo, 20 de junio–, recordando “el gran compromiso y responsabilidad que tiene la Vida Religiosa en España y la sociedad civil ante la difícil situación de quienes huyen de conflictos o persecuciones”.
Según datos ofrecidos por ACNUR, al menos 79,5 millones de personas en el mundo son desplazadas y se ven obligadas a huir de sus países de origen a causa de las guerras, persecuciones y pobreza. De esas personas al menos unas 26 millones son refugiadas, más de la mitad son menores de 18 años. “Estas cifras vuelven a indicarnos que necesitamos avanzar juntos, buscando soluciones duraderas que nos ayuden a asumir el reto de las migraciones desde el respeto de los derechos humanos y la dignidad de las personas”, asevera la CONFER.
Por ello, los religiosos subrayan la necesidad de apostar por una nueva política migratoria europea “que ponga a la persona en el centro, que ofrezca una mirada integral y corresponsabilidad de los estados miembros”. Al mismo tiempo, la CONFER apunta que “es importante que se faciliten vías legales y seguras, que garanticen derechos y atiendan a las realidades actuales de la movilidad humana”.
“Europa ha vivido a lo largo de su dilatada historia importantes contingentes de refugiados, junto a una hospitalidad y acogida sin igual”, recuerdan los religiosos y religiosas de nuestro país. “Junto a esto, hoy se asiste a un contexto en el cada vez y con más frecuencia se alzan muros, se criminaliza a los defensores de derechos humanos, las políticas migratorias son más estrictas y aumentan los discursos de odio y las actitudes xenófobas. Todo esto tiene un impacto negativo en la sociedad civil, pero sobre todo en la vida de los migrantes y refugiados, porque deteriora la cohesión social y amenaza a nuestra humanidad”.
De esta manera, instan a los responsables políticos “a buscar nuevas alternativas para ofrecer una acogida integral, respetando la dignidad de las personas, garantizando los derechos de las personas y facilitando vías legales y seguras de movilidad”. “Estamos llamados a soñar juntos. No debemos tener miedo a soñar y a hacerlo como una sola humanidad”, señalan, “nos jugamos nuestro futuro, apostemos por gestionar la diversidad, trabajando por la inclusión y la integración de nuestras sociedades”.