España

La presidenta de CONFER, en los Premios Carisma: “Gracias por construir una sociedad fraterna”

  • Mariña Ríos ha agradecido a los diez galardonados “por entregar el don recibido”
  • “Este reconocimiento tiene escondido un compromiso: seguir en la brecha”, ha dicho Jesús Miguel Zamora





“Entregar unos galardones con este nombre significa reconocer algo de Dios en los premiados; agradecer que este don se ha encarnado en ellos (personas y/o instituciones), que lo han acogido y entregado, lo han hecho historia y vida”. De esta manera se ha expresado esta tarde la presidenta de la CONFER, Mariña Ríos, durante la gala de entrega de los Premios Carisma en O_Lumen, el espacio para las artes y la palabra de los dominicos en Madrid.



La CONFER ha entregado su galardón a los diez premiados de esta segunda edición, pero también recordó a la otra decena de galardonados del pasado año, pues no pudieron recibir su premio en la gala prevista debido a las restricciones por la pandemia.

Este año, sin embargo, respetando las medidas sanitarias, se ha podido celebrar de forma presencial y con amplia presencia online de comunidades de toda España, que han podido disfrutar de los violines de Teamduodeno, las piezas del grupo de teatro Impro impar y el sentido homenaje en vídeo a las víctimas del coronavirus.

Según ha indicado la religiosa de la Compañía de María, “reconocemos un carisma, verificamos que es verdadero, cuando quien recibe ese don de Dios (el que sea) no lo convierte en una posesión, sino que lo despliega realmente en el servicio a los demás; cuando construye comunidad desde la diversidad y la complementariedad con otros carismas; y así, de un modo u otro, construye Reino de Dios, y sociedad fraterna, de hermanos diversos donde todos tienen espacio”.

Para Ríos, “un verdadero carisma es fecundo, pero con una fecundidad que no se identifica con el éxito tal y como a menudo se entiende, que no está habitualmente en lo llamativo, en lo deslumbrante…”. La presidenta de los religiosos españoles ha querido agradecer a todos los premiados por “vivir cada día, como María, entregando el don recibido”.

Por su parte Eva Silva, responsable de Comunicación de la CONFER, también ha agradecido a los premiados por “el trabajo desempeñado”. Asimismo, durante sus palabras de bienvenida, echó la vista atrás rememorando cómo surgieron, ya hace dos años, estos premios: “Cuando pensé en ello, no dudé ni un momento en el nombre que deberían llevar: Carisma. Porque el carisma es ese don para hacer el bien”.

Para la CONFER es “un honor, pero también una dificultad, poder elegir a un solo galardonado en cada categoría. Gracias a Dios, son muchas las personas y entidades que se dedican a hacer el bien dentro de su ámbito. Y eso es lo que premiamos: a los que hacen el bien”, ha señalado antes de poner en valor a cada galardonado.

Premio Carisma de Formación y Espiritualidad

La responsable del Área de Formación y Espiritualidad de la CONFER, Mª Teresa Comba, ha entregado el galardón al jesuita José Ramón Busto, profesor de la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia Comillas, por su formación e investigación.

Premio Carisma de Justicia y Solidaridad

La responsable social del Área de Justicia y Solidaridad de la CONFER, Carmen Galante, ha entregado el premio al presidente de la Fundación Madrina, Conrado Giménez, por su protección a la infancia más vulnerable y a la mujer en su maternidad frente a la exclusión social.

Premio Carisma de Misión y Cooperación

La responsable de Justicia y Paz del Área de Justicia y Solidaridad de la CONFER, Mª Iraida Meza, ha entregado el galardón a Antonio Viera, capellán del CIE de Barranco Seco en Las Palmas de Gran Canaria, por su denuncia de las condiciones en las que se encuentran los migrantes.

Premio Carisma de Educación

La viceconsejera de Organización Educativa de la Comunidad de Madrid, Nadia Álvarez, ha entregado el galardón a Raquel Pérez Sanjuan, directora de la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura por su defensa de la asignatura de Religión como necesaria para una completa formación de los niños, adolescentes y jóvenes españoles.

Premio Carisma de Pastoral Juvenil Vocacional

El responsable del Área de Pastoral Juvenil Vocacional de la CONFER, Luis Manuel Suárez, ha entregado el premio a Ángel Alindado, coordinador de la delegación PJV Dehonianos, y a Gracia Granados, coordinadora de Jóvenes Dehonianos, por la creatividad para impulsar el conocimiento y promoción de la Vida Religiosa en nuestra sociedad.

Premio Carisma de Salud

La responsable del Área Sociosanitaria de la CONFER, Mª Rosa Abad, ha entregado a Carlos Marcilla, capellán del Hospital Infanta Leonor, extensible a todos los capellanes por el acompañamiento y consuelo a las víctimas del coronavirus que se encontraban solas en los hospitales.

Premio Carisma Fe y Cultura

La directora de la Revista Ecclesia, Silvia Rozas, ha entregado al obispo de Getafe y presidente de la Fundación Pablo VI, Ginés García Beltrán, el premio por el diálogo con la política, la cultura y la sociedad; la ciencia, la tecnología y la bioética; la justicia social, la promoción humana, el desarrollo y la ecología sobre la base del humanismo cristiano.

El obispo de Getafe y presidente de la Fundación Pablo VI, junto al director de la misma, Jesús Avezuela, y Silvia Rozas, directora de Ecclesia

Premio Carisma de Impacto

El vicepresidente de la CONFER, Jesús Díaz Sariego, ha entregado el premio al youtuber y activista Jordi Sabaté por el incansable empeño en acercar el conocimiento de una enfermedad degenerativa como es el ELA a la sociedad e impulsar su investigación, todo ello a través del humor.

Premio Carisma de Comunicación

Irene Yustres, del Servicio de Comunicación de la CONFER, ha entregado a la escritora y directora de cine Mabel Lozano el galardón por su compromiso en la lucha contra la prostitución, la explotación sexual y la trata de seres humanos.

Premio Carisma Especial

La responsable del Área de Migraciones de la CONFER, Jennifer Gómez, ha entregado el premio al jesuita José Luis Pinilla por su labor encomiable en materia migratoria y defensa de los derechos humanos haciéndose amigo y hermano de los pobres a ejemplo de Pedro Arrupe.

Al término de la gala, el secretario general de la CONFER, Jesús Miguel Zamora, ha reconocido que, “detrás de cada premio, hay instituciones y, sobre todo, personas que han hecho posible que hoy disfrutemos entregando estos premios”.

“Recordaba a muchos de nuestros fundadores y fundadoras. ¿Qué les pasó? Mucha gente de su tiempo vio lo que ellos vieron… y se quedaron tan tranquilos. Pero para ellos y ellas, lo que vieron no solo les impactó, sino que se sintieron concernidos, les afectó de tal manera que no pudieron mirar para otro lado y decirse ‘no es mi problema’. Al revés, lo que vieron y palparon, les afecto al corazón. Y cuando hay cosas que tocan el corazón, la vida se transforma”, señaló.

Para el hermano de La Salle, “durante esta gala hemos sido testigos de un buen hacer por parte de personas e instituciones. Os hemos felicitado y lo hemos hecho con orgullo, no porque a nosotros, a la CONFER, se nos ponga en el candelero dando estos premios, sino porque nos hacéis caer un poco más en la cuenta de que, cuando lo que le pasa a la gente llega al corazón de cada uno y lo toca, uno cambia y se va haciendo menos insensible y va acomodando el paso al de otros”.

El religioso puso tarea a los premiados, puesto que “todo premio tiene una contrapartida que me parece que es ambiciosa. Tiene escondido en lo recóndito de vuestra aceptación un compromiso: el de seguir en la brecha con lo que hacéis con mayor denuedo, si cabe, porque el corazón humano, el vuestro en concreto, seguro que no descansa imaginando lo mejor para otros, cada uno desde su realidad y sus posibilidades”.

Como ha afirmado Zamora, “las luces se irán apagando, pero os invitamos a no olvidar lo vivido. Porque aquí ha aparecido mucha vida que era necesaria mostrar, mucha pasión, mucho esfuerzo personal y colectivo, mucho sabor humano y, por qué no decirlo, mucho sabor de Dios que no molesta; ese sabor en algunos casos, imperceptible y, en otros, metido entre los entresijos de un quehacer valioso”.

Y ha concluido: “Volvemos ahora a la vida ordinaria, pero desearía que saliéramos reconfortados, ilusionados y con ganas de hacer, poco o mucho en favor de otros, cada uno desde el papel en la vida que le toca jugar. Nadie aquí es más que nadie, porque cada uno tiene su propio corazón puesto al servicio de los otros. Y eso es lo que vale”.

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Alicia Ruiz López de Soria, ODN







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