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?️ El Podcast de Vida Nueva: Cáritas, a los pies de los mil desterrados en Ceuta

  • Hoy estrenamos el segundo episodio del Podcast de Vida Nueva que podrás escuchar ahora cada viernes
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Hola, te doy la bienvenida a este segundo episodio del podcast de Vida Nueva. Soy José Antonio y hoy tenemos un episodio cargadito de invisibilidad hasta los topes. Y no es que el episodio sea transparente porque no lo puedas ver, sino que está abarrotado de invisibilidad porque vamos a hablar de personas que apenas cuentan para nadie.



En los próximos minutos, abordaremos el tema de portada de esta semana, que lleva por título “a los pies de los desterrados” y profundiza en la cuestión migratoria desde la problemática concreta que enfrenta a España con Marruecos.

El titular lleva a lo concreto la abstracción intelectual en que muchas veces queda la entrega cristiana.

También repasaremos algunas de las noticias e informaciones que más me han llamado la atención durante la última semana y que hemos podido leer en la página web de la revista. Terminaremos el episodio escuchando otras voces diferentes de la mía.

Antecedentes de lo que ocurre en Ceuta

Si eres una de las personas que nos escuchan desde fuera de los límites de la península Ibérica, es posible que esta cuestión del conflicto entre Marruecos y España te resulte ajena o incluso desconocida. A decir verdad, este conflicto migratorio afecta a todo el planeta, no solo por sus ramificaciones a nivel de la política internacional, sino también porque algunas de las situaciones que se observan en él son comunes a cualquier otro que pueda darse en en esta Casa Común que compartimos.

Por tanto, me parece acertado que hagamos un rápido repaso de antecedentes para situarnos en el contexto adecuado y así podamos entender mejor el tema que trae Vida Nueva en la portada de esta semana.

Como seguro recuerdas, España es un país situado al sur de Europa que se encuentra muy cerquita del continente Africano. De hecho está separado por apenas 14 kilómetros de agua.

España conserva en suelo africano dos ciudades autónomas que se llaman Ceuta y Melilla. Además, las Islas Canarias también forman parte de España y están situadas a muy pocos kilómetros de las costas del Sáhara Occidental y Marruecos. Por último, hay varios archipiélagos e islas cercanos que también son de soberanía española.

De lo que acabo de decir, quédate con que España posee ciertos territorios cerca de Marruecos y que este país suele mencionar de tanto en tanto que deberían formar parte de sus fronteras.

De otro lado, existe un conflicto con Marruecos debido a la pesca porque hay barcos españoles que faenan en las aguas que hay frente a la costa del Sáhara Occidental. Marruecos dice que ese agua es suya y Europa dice que no.

El Sáhara Occidental es, precisamente, otra fuente de conflictos entre ambos países. España se marchó de la colonia del Sáhara Occidental en 1975 y Marruecos tomó la decisión de anexionarlo a su territorio. El hecho de que España no reconozca internacionalmente la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental aumenta la tensión política.

Y por último llegamos al tema de la inmigración.

Marruecos recibe fondos de España y de la Unión Europea para que se encargue de controlar la llegada de inmigrantes a la frontera, en concreto para impedirlo.

Si tomas todo esto en cuenta, especialmente la cuestión relacionada con el control de las fronteras, quizás puedas llegar a identificar un patrón de comportamiento que utiliza las migraciones como arma de rédito político. Si Marruecos quiere que su voz sea escuchada internacionalmente, no tiene más que relajar el control migratorio y su presión sobre grupos relacionados con la trata de personas y mafias que prometen un futuro mejor en Europa. De ese modo, el número de personas que atraviesan las fronteras de su país en busca de condiciones más favorables se ve incrementado considerablemente.

Algo así es lo que debió ocurrir el mes pasado, porque entre los días 17 y 18 de mayo llegaron entre 8000 y 12000 personas a Ceuta poco después de que España decidiera ofrecer ayuda humanitaria al líder del Frente Polisario, enemigo declarado del estado Marroquí.

Se trata de una cifra bárbara (entre 8000 y 12000), pero cifra al fin y al cabo. Cuando las personas nos convertimos en números, lo mismo son ocho que ochenta si resulta que nos olvidamos de las circunstancias y vidas que hay detrás. Solo así se explica que veamos a una persona consolando a otra que acaba de arriesgarlo todo soñando con una realidad menos dolorosa y convirtamos a ambas en el espectáculo de lapidación de moda. Si no sabes de lo que hablo, échale un vistazo a una noticia fechada el 18 de mayo que encontrarás en vidanuevadigital.com. Su título: “Los obispos españoles ante la crisis de Ceuta: No a instrumentalizar al migrante con fines políticos”.

Hay más números detrás

Al comienzo del episodio, José Beltrán nos hablaba de cuatro verbos que modelan el pontificado de Francisco en el día a día: acoger, proteger, promover e integrar.

Estas cuatro palabras las localizamos en el punto 129 de la encíclica ‘Fratelli Tutti’ y un poco más adelante el papa Francisco sugiere que las verdaderas respuestas para afrontar el fenómeno migratorio “solo vendrán cómo fruto de un trabajo común, gestando una legislación global para las migraciones” (cf. FT 132).

Pues si afinamos nuestra mirada y echamos un vistazo a lo que está ocurriendo en Ceuta, parece que las palabras de Francisco están cayendo en un saco roto, porque a día de hoy sigue habiendo más de mil extranjeros deambulando por las calles de la ciudad autónoma.

En la página 9 de la revista podemos leer algunas declaraciones de Manuel Gestal, el director de Cáritas en Ceuta. En su análisis indica que la situación es “prácticamente la misma”, ya que más de un millar de personas deambulan por las calles pidiendo comida, buscando en la basura, durmiendo al raso en la playa, en el bosque o en el monte.

Cuando explica que entre esa masa a la que se le ha arrebatado el rostro hay familias enteras, yo me imagino a la mía propia lanzándose a un periplo similar y reconozco que me cuesta mucho trabajo hacer el esfuerzo mental de recrear esa misma situación en mi propia carne.

Hay una película del año 2007 que se llama 14 kilómetros, del director Gerardo Olivares, que narra algunas de las experiencias que probablemente vivieron muchas de las personas que todavía vagan por las calles de Ceuta. Sin embargo, ni con toda la crudeza cinematográfica puedo siquiera imaginar la carga de dolor que arrastrarán esas personas que no cuentan para nadie.

Bueno, decir para nadie sería mentir. Cuando las administraciones de uno y otro lado de la frontera se olvidan del drama y se centran en el siguiente asunto que acapare el foco mediático, quien queda a pie de calle es la Iglesia, presente desde el minuto cero y encarnada sobre todo en Cáritas, que trabaja codo con codo junto a organizaciones no gubernamentales para dar respuesta a las situaciones de vulnerabilidad que amenazan las vidas de tantos migrantes.

Hay muchas personas construyendo Iglesia a pie de calle. Manuel Gestal indica que reparten a diario de trescientas a seiscientas bolsas de comida entre los extranjeros que deambulan por la ciudad autónoma. ¿Qué sería de estas personas sin esa primera ayuda que les permite sobrevivir unos días más? ¿Qué sería de la Iglesia sin esas vidas entregadas por amor al prójimo?

El reportaje en la revista recoge el testimonio de dos personas que son voluntarias de Caritas y que exponen cómo están afrontando este momento en particular. Isa y Javi son los nombres concretos que representan a cientos de voluntarios ceutíes que están entregando su tiempo y su vida para visibilizar a personas que, de otro modo, serían pasto del olvido.

Javi, por ejemplo, expone lo ajustado de los medios de los que disponen, ya que atienden a otras familias de la ciudad y no pueden usar esos recursos para dar respuesta a la urgencia humanitaria con la que en estos momentos tratan de lidiar.

Isa, por su parte, dice que ”lo que los migrantes necesitan es sentirse acogidos, saber que no son una carga”. En efecto, y además estoy de acuerdo con ella en que este problema es estructural y político, y también lo estoy cuando expresa que “una vez que han llegado, no son un problema: cada uno de ellos es una persona, son el prójimo, son Cristo”.

Caritas, Iglesia a pie de calle

A estas alturas del episodio, ¿todavía no has alzado una oración de agradecimiento por los millones de voluntarios de Caritas que en todo el mundo se dejan la piel y el sudor para aliviar situaciones tan dramáticas como la que se está viviendo en Ceuta? Pues yo creo que no deberías tardar demasiado, porque necesitan saber que las suyas son las manos de Dios y de la Iglesia encarnadas en la realidad más hiriente y dolorosa. Y que su compromiso de entrega generosa es testimonio que nos interpela al resto de cristianos de sillón.

Porque, tal como dice Isa en la página 9 de la revista, “lo malo no son estos pobres, lo malo son las personas que les juzgan y que incluso nos juzgan a nosotros por atenderlos”.

Con el escudo de la red social de turno y desde la comodidad del sofá es muy fácil lanzar improperios contra alguien que está apostándolo todo por personas a quienes ni siquiera conoce. Solo cuesta apretar unas pocas teclas o vociferar unos cuantos insultos. Luego se gira la cabeza para ignorar la réplica y ya está todo el trabajo hecho. La voluntaria Isa dice “a ellos yo les digo que tienen que verlos con sus ojos, que tienen que ponerse en sus zapatos”. Y en la misma línea habla Charo Carroza, una de las religiosas adoratrices que viven en Ceuta. Ella le pide al Señor “que nunca deje de dolerle” ver estas cosas.

Todo lo que podemos encontrar en la revista de esta semana sobre el tema de portada habla precisamente de ese corazón encogido ante la magnitud del drama que se observa, de la impotencia ante las noches al raso de niños sin padres.

Ojalá no cometamos el error de pensar que quien viene es porque quiere. Leemos en la página 10: “aquí ha llegado gente que tenía negocios en su tierra, que tenía peluquerías, que conducía camiones, que nos enseñan las fotos de sus trabajos… Esta gente no querría estar aquí”.

Es un pecado desentendernos de estos dramas migratorios, especialmente sin preguntarnos por las causas que los originan. El punto 66 de la encíclica Laudato si’ dice que “hoy el pecado se manifiesta con toda su fuerza de destrucción (…) en el abandono de los más frágiles”.

¿Y quiénes son los más frágiles?

A lo mejor nos da por pensar en nuestros propios problemas cotidianos, esos que nos hacen sentir inferiores o que nos afectan tanto. Dando a cada problema su proporcionada importancia, ¿cómo tratar de compararlo con lo que deben estar viviendo los cientos de menores que no tienen otra compañía que la de personas en su misma situación?

En la entrevista a Manuel Bretón, presidente de Cáritas España, que podemos encontrar en las páginas 12 y 13 de este número, leemos sobre su sobrecogimiento por todo lo que vivió cuando visitó Ceuta después de la llegada masiva de personas a la ciudad autónoma. Él dice “hay niños solos por todas partes … Hay muchísimo menor de diez años paseando por las calles, solos…”.

Y como padre me pregunto cómo me sentiría si empujado por la esperanza de un futuro mejor para mi hijo le subiera en un camión hacia un viaje que fácilmente podría terminar en un desenlace fatal. Lo imagino allí, haciéndome preguntas y dejándolo en manos de quienes no tendrían ningún reparo en venderlo como carne de burdel si se presentara la oportunidad.

Tengas descendencia o no, cualquier análisis racional que ponga a la persona en el centro terminará por concluir algo muy parecido a lo que Manuel Bretón indica. “Les podemos alimentar, pero eso no es suficiente. Necesitan cuidados, necesitan formación, necesitan higiene, necesitan atención médica adecuada y sobre todo necesitan cariño, mucho cariño”.

Todos los que hemos pisado tierra de misión, aunque estuviera en la misma localidad, nos hemos dado cuenta de que “hasta que no lo ves con tus propios ojos, hasta que no pisas la calle, no puedes ser consciente de lo que hay”.

La entrevista a Manuel Bretón no tiene desperdicio. Habla sobre lo insuficientes que resultan las naves habilitadas para atender la emergencia y las condiciones de hacinamiento. Para alguien que ha arriesgado la vida a través del desierto y el mar, dormir a la intemperie no resulta una experiencia tan diferente, e incluso puede resultar preferible a la alternativa de compartir carpa con otras 400 personas.

En el texto podemos leer también el elogio a los ciudadanos ceutís y voluntarios de Cáritas, que han dado el mil por ciento. “No pueden hacer más de lo que hacen. Les están alimentando, les están atendiendo, se están entregando de una manera loable… pero ya no pueden más.

Y aquí se toca una cuestión muy espinosa, la de la solución política.

Con la sangre del corazón hirviendo de impotencia es muy fácil quejarse del político de turno, ya sea del partido con el que simpatizas o del contrario. Pero es importante contener ese primer impulso y hacer el análisis con la mente despejada. Solo así se puede llegar a ver la relación entre nuestro comportamiento cotidiano y la crisis de Ceuta, o la de Siria, o la de tantos lugares donde los recursos no dan de sí para atender todas las necesidades de urgencia.

Cuatro nombres

Vamos a ir cerrando el tema de portada con cuatro nombres.

El primero de ellos, el de José Luis Pinilla, un presbítero Jesuita. En su artículo de opinión rescata los versos del segundo nombre, el de Warsan Shire. Warsan Shire es una poeta de ascendencia somalí. Me quedo con dos de las citas que José Luis Pinilla comenta: “Nadie deja su hogar salvo que su hogar sea la boca de un tiburón”. Y la otra: “¿Quién escogería pasar días y noches en el estómago de un camión a no ser que las millas de viaje signifiquen algo más que el viaje?

Vamos a por el tercer nombre, Darío Menor, que firma un artículo donde se menciona el cuarto nombre, Luis Antonio Tagle, que es cardenal prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, además de presidente de Caritas Internationalis. El cardenal dice: “el nieto del migrante que rechazas puede ser el abuelo del próximo cardenal”. En la rueda de prensa en la que lo dijo, el cardenal se emocionó al recordar sus propias raíces migrantes.

Repaso de la semana

Bueno, pues vamos ahora a dejar aparcado el tema de portada y vamos a hacer un repaso de las noticias que más me han llamado la atención durante la última semana de entre todas las que hemos podido leer en vidanuevadigital.com.

SÁBADO

Los obispos argentinos se adhirieron al Día Mundial contra el Trabajo infantil”. Con el lema “Actuar ahora: poner fin al trabajo infantil”, realizaron una fuerte denuncia sobre la explotación laboral que producen un gran daño y que afecta a los niños y niñas.

DOMINGO

En el Ángelus, Francisco se refirió a la población de Tigray, la región más al norte de Etiopía, que vive un conflicto que está dejando miles de desplazados. El pontífice decía lo siguiente: “Rezamos juntos para que cese inmediatamente la violencia, se garantice a todos la asistencia alimentaria y sanitaria y se recupera, lo más rápido posible, la armonía social”. Además de denunciar que la población pasa hambre, agradeció el compromiso de quienes se encuentran allí.

LUNES

Hacemos un inciso en el tema de las migraciones. En los últimos días, en España hemos estado al tanto del asesinato que un padre cometió hacia sus hijas como venganza contra su expareja. Siempre son noticias difíciles de digerir. Pues bien, en medio de la exaltación emocional que estos casos provocan sobre la opinión pública, un presbítero de las Islas Canarias sugirió en las redes sociales que el desencadenante habría sido la ruptura matrimonial y que la madre había recogido lo que sembró. Ante este hecho, la noticia que leía en Vida Nueva Digital decía que se estaba recabando la información pertinente para llevar a este presbítero ante la justicia. 

MARTES

La pastoral aborigen lamenta “el imaginario blanco” del presidente Alberto Fernández. El presidente de Argentina, Alberto Fernández, recitó en una rueda de prensa los versos de una canción que dice lo siguiente: “Escribió alguna vez Octavio Paz que los mexicanos salieron de los indios, los brasileros salieron de la selva, pero nosotros los argentinos llegamos de los barcos, y eran barcos que venían de Europa, y así construimos nuestra sociedad”. Yo estoy de acuerdo con la queja expresada por el Equipo Nacional de Pastoral Aborigen. Prestando una atención empática, Alberto Fernandez podría haber caído en la cuenta de que esas palabras reducen y ningunean la historia de aquella tierra antes de la llegada de europea.

MIÉRCOLES

Me costó seleccionar una noticia que destacar del miércoles, porque hubo muchas a destacar, como la entrada en el blog de Teresa García sobre mujeres trabajadoras migrantes o la noticia sobre el bombardeo en Gaza mientras el patriarcado de Jerusalén se encontraba de visita pastoral en la zona. Al final me quedo con la información de que Tsegereda Yoannes había sido nombrada secretaria general de los obispos de Eritrea. Entre sus objetivos está superar las diferencias del interminable conflicto entre Eritrea y Etiopía. ¿Recuerdas la noticia que rescataba del domingo, cuando el papa Francisco rezaba por la gente del norte de Etiopía? Se trata de las personas desplazadas por este conflicto. 

JUEVES

Para terminar con el repaso, rescato la noticia de ayer firmada por Ángel Alberto Morillo sobre los migrantes venezolanos. En una conferencia convocada por ACNUR y la Organización Internacional para las Misiones, los jesuitas y la red Clamor expresaron varias peticiones para paliar el sufrimiento de más de cinco millones y medio de migrantes venezolanos. Han exhortado a “no instrumentalizar la migración forzada venezolana con fines electorales o con discursos de odio que llevan a episodios de violencia y fomentan la discriminación y el rechazo”.

Si todavía no has leído el capítulo cuarto de la encíclica Fratelli tutti, te recomiendo que te pases por mi canal de Youtube y veas el vídeo en el que lo resumo. Tiene mucho que ver con todo lo que hemos hablado en el episodio de hoy. 

Otras voces

Pues entramos ahora en la sección “Otras voces”. Hoy vamos a escuchar una entrada del blog de Rosa Ruiz, misionera claretiana, narrada por ella misma. Lleva por título “Letanías para todo tiempo”.

Al terminar el tiempo pascual, la Iglesia propone una cadena de fiestas solemnes: Ascensión, Trinidad, Corpus, Corazón de Jesús, Corazón de María. Pareciera que, ante tanta intensidad resucitada y resucitadora, necesitáramos “regresar” al tiempo ordinario poco a poco, en una desescalada cuidada y festiva. Y en eso estamos. Si además estas fechas nos coinciden con el final de curso escolar, inicio de vacaciones y buen tiempo, todo va acompañando este cambio de tercio en que estamos.

Algunos, quizá, transitamos esta “bajada” de la montaña de Pascua (y del fin de curso) con algo de cansancio pegado a los huesos o con algún que otro esguince de corazón. Y, al menos a mí, me ayuda acompañarme de una oración más silenciosa, más simple, como un mantra sencillo que nos sostiene. Quizá hemos despreciado este tipo de oración: poca palabra, apenas nada de razonamientos, mucha presencia, poco dar y más recibir… Quizá porque confundimos los excesos vocales de otros tiempos con la sencillez de quien solo repite “te quiero, te quiero, te quiero”, sin razonar ni pedir explicaciones. O quizá porque en el fondo nos cuesta convertir nuestros vacíos y debilidades en relación con Otro –y con otros–. Como si Dios –y los otros– no agradecieran de vez en cuando vernos abatidos y agobiados, necesitados de descanso y alivio, sin mucho para dar y con todo lo que somos en vencida acogida. A veces tan cansados, que lo que más querríamos es vernos libres de nosotros mismos. Sin más.

Qué importante me parece esto que menciona Rosa sobre símplemente contemplar. A mí me cuesta muchas veces callar a mi cabeza, que lanza insistentemente razonamientos y preguntas que distraen a mi atención. Rosa Ruiz nos invita a acompañarla en una serie de letanías para entrar en esa dinámica sosegada de la que habla su entrada.

De sonrisas impostadas, líbrame, Señor 

De no bailar lo suficiente, líbrame, Señor

De no querer cantar, líbrame, Señor

De días perdidos, líbrame, Señor 

De acostumbrarme a no abrazarnos, líbrame, Señor 

De sentirme no querida, líbrame, Señor

De huir o esconderme, líbrame, Señor.

Pues sí, líbrame, Señor. Te invito a que te pases por su blog y la acompañes a lo largo de la letanía que nos propone.

Comentario al Evangelio y despedida

Y ahora ya va siendo hora de terminar con el episodio. Lo hacemos con un comentario sobre el Evangelio de este domingo realizado por el padre Ángel Moreno de Buenafuente.

Cerramos el episodio con una de las letanías propuestas por Rosa Ruiz hace un momento: “De acostumbrarme a no abrazarnos, líbrame, Señor”. Porque sin abrazos como los vistos en Ceuta, las manos de Dios no pueden alcanzar la carne que sufre.

Me despido hasta la semana que viene con unas palabras de mi hijo, que quería decir algo más en el episodio de hoy.


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