España

Jesús Vidal: “Una buena formación sacerdotal necesita de un número suficiente de seminaristas”





“He decidido con gran dolor de mi corazón, que los seminaristas mayores se trasladen al Teologado de Ávila, que tiene su sede en Salamanca”. Con estas palabras, el arzobispo de Mérida-Badajoz, Celso Morga, comunica en una carta, fechada el 9 de junio, su decisión de ‘cerrar’ el seminario diocesano ante la falta de candidatos al sacerdocio y después de tantear la posibilidad de establecer un seminario para la provincia eclesiástica extremeña.



Esta decisión vuelve a poner sobre la mesa el futuro de los seminarios. Las cifras hablan de 1.066 jóvenes preparándose para ser sacerdotes, un 16,5 por ciento menos que hace una década, con 215 nuevos ingresos en este curso. “Cada obispo tiene la responsabilidad de su propio seminario y hace su propio discernimiento sobre su continuidad, como bien ha hecho Celso Morga”, explica el presidente de la Subcomisión Episcopal para los Seminarios, Jesús Vidal.

El también obispo auxiliar de Madrid aclara que, como tal, el centro de Badajoz no ha cerrado: “Como institución permanece viva y la decisión de volver a recuperar la formación allí es reversible si se dan las circunstancias”. Aun así, la duda surge: ¿llega tarde la decisión de Badajoz? “Por mi experiencia como rector, comprendo que un obispo espere, no porque se resista, sino porque puede ser muy variable el número de entradas de seminaristas de un año para otro”.

Reflexión profunda

Hoy, los obispos no tienen un plan común de reunificación de los centros de formación y apenas hay movimiento en las provincias eclesiásticas. Solo hay una excepción: Cataluña. Desde hace más de treinta años, cuentan con un seminario interdiocesano que conforman casi todas las diócesis salvo Barcelona, Sant Feliú y Tarrasa. Y no se descarta que en breve se sumen.

“Desde la Comisión, animamos a que se haga la reflexión: buscar una comunidad suficiente para dar una buena formación, ya que esta tiene como elemento fundamental lo relacional, tener un número suficiente de compañeros”, expone Vidal, que subraya de esta propuesta interdiocesana esa posibilidad de compartir recursos. “Otra de las posibilidades para sumar fuerzas es que los seminaristas vivan en otro seminario durante un tiempo”, apostilla.

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