“Kim Jong-un transmitió una invitación verbal al Papa para visitar Corea del Norte. Francisco está dispuesto. Rezo por ello”

Así responde el ya obispo emérito de Daejeon, Lazzaro You Heung-sik, nuevo prefecto de la Congregación para el Clero, al ser preguntado sobre el futurible e histórico viaje del Pontífice

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“En octubre de 2018, cuando el presidente de la República de Corea, Moon Jae-in, fue recibido por Francisco, le transmitió una invitación de Kim Jong-un, líder de la República Popular Democrática de Corea, para un posible viaje. El Papa respondió que estaba dispuesto en el momento en que recibiera una invitación formal. Desde entonces rezo para que la visita tenga lugar”. Así responde el ya obispo emérito de Daejeon, Lazzaro You Heung-sik, nuevo prefecto de la Congregación para el Clero, al ser preguntado sobre el futurible viaje.



El nombrado recientemente por Francisco ‘ministro’ del Clero, atiende a la Agencia Fides y muestra su convencimiento de que “una eventual visita a Pyongyang podría ser un punto de inflexión que nos permitiría a los coreanos dialogar y entendernos mejor, empezando por las cosas pequeñas y terminando por las grandes, y quizás llegar a la reunificación del Sur y el Norte. En concreto, la mediación del Santo Padre podría ser una ocasión propicia para poner fin al conflicto, fruto de la desconfianza mutua que dura ya demasiadas décadas”.

El prelado surcoreano explica que “casi diez millones de coreanos viven en una separación forzosa a causa de la división entre el Sur y el Norte. El enfrentamiento que existe en la Península de Corea es uno de los mayores sufrimientos de la humanidad en la actualidad. Cabe destacar que la llamada ‘Zona Desmilitarizada’ (DMZ, por sus siglas en inglés) entre el Sur y el Norte es irónicamente la zona más militarizada del mundo”.

“Por mi parte –agrega–, rezo e intento hacer lo que puedo, con la esperanza de que se abra al menos un pequeño rayo de esperanza para el entendimiento mutuo, superando la actual situación de tensión y oposición. Humanamente parece haber pocas esperanzas, pero como Dios es todopoderoso, rezando, trato de acoger todo lo que pueda ser útil para promover la paz. Al asumir mi nueva misión en la Iglesia, si puedo dar mi apoyo al restablecimiento de la paz en la Península de Corea, lo haré con gusto”.

Sacerdotes samaritanos

Sobre su nueva tarea a cargo de los sacerdotes de todo el mundo, el prelado afirma que “es muy importante formar sacerdotes que sepan inclinarse ante el sufrimiento de tantos hermanos, que estén dispuestos a lavarse los pies unos a otros y que vivan el amor fraterno como el del Buen Samaritano”. Pero “estos buenos sacerdotes no surgen de la nada: de ahí la necesidad de seguir un camino serio de formación permanente, que les ayude a vivir con serenidad su ministerio pastoral y a afrontar con valentía los retos del mundo”.

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